viernes, 13 de junio de 2025

El mercado. (Cuento)

NARRADOR: Había una vez una tierra muy seca, y el pueblo que vivía en ella estaba en una gran necesidad de agua, buscaban agua desde la mañana hasta la noche y muchos morían porque no podían encontrarla. Algunos de los hombres del pueblo encontraron fuentes de agua y la almacenaron, mientras que la mayoría no había encontrado ninguna. Estos hombres se llamaron “CAPITALISTAS”. 

Y sucedió que el pueblo fue a ellos:

PUEBLO: Dennos por favor algo de su agua, pues tenemos mucha necesidad de ella, no encontramos ninguna fuente y estamos muriendo. NARRADOR: Pero ellos respondieron al pueblo:

CAPITALISTAS: ¿Cómo les vamos a dar de nuestra agua si nos ha costado trabajo conseguirla? y además, si se nos termina vamos a estar como ustedes. Sin embargo, para que vean que nos interesamos por su suerte, les proponemos que sean nuestros trabajadores y así tendrán agua. 

NARRADOR: Y el pueblo respondió: 

PUEBLO: Sólo pedimos que nos den de beber y nosotros y nuestros hijos seremos sus trabajadores. 

NARRADOR: Y así fue: Pero los capitalistas que eran hombres hábiles, ante esta situación favorable, organizaron al pueblo que era ya siervo suyo. A algunos los pusieron a trabajar en los manantiales, a otros los emplearon en trasportar agua, a otros los mandaron a buscar nuevas fuentes y a otros a cuidar las fuentes. Toda el agua fue reunida en un mismo sitio y allí construyeron un gran depósito para guardarla. Este depósito se llamó el MERCADO. 

NARRADOR: Y los capitalistas dijeron al pueblo. 

CAPITALISTAS: Por cada cubo de agua que nos traigan para almacenarla en el mercado, nosotros les pagaremos una moneda, pero por cada cubo de agua que ustedes necesiten nos tendrán que dar dos monedas; la diferencia, que es muy poca, será nuestra ganancia. O sea, nuestra compensación por el esfuerzo que hacemos para que ustedes no se mueran de sed. 

NARRADOR: Ante esto, una parte del pueblo respondió: 

PUEBLO: Aceptamos la propuesta porque nos parece buena. Y desde ahora comenzaremos a traerla.

NARRADOR: Pero la mayoría pensó: 

PUEBLO: Lo haremos porque no tenemos otra alternativa. 

NARRADOR: El pueblo trabajó durante largas jornadas hasta que sucedió lo que tenía que suceder: el mercado se derramó. 

PRIMERO, porque la paga que recibía el pueblo, nada más le alcanzaba para obtener medio cubo de agua, siendo que ellos traían un cubo completo. Y SEGUNDO, porque el pueblo eran muchos y los capitalistas eran pocos y no podían beber más que los demás. Los capitalistas dijeron: CAPITALISTAS: Miren: el agua se derrama; ya no traigan más agua, siéntense, esperen y tengan paciencia, pues el depósito está lleno. 

NARRADOR: Entonces comenzó a haber mucho desempleo. El pueblo no recibía su paga, y por lo tanto no podía comprar agua, viendo esto, los capitalistas pensaron: 

CAPITALISTAS: Si el pueblo no compra no recibiremos nuestra ganancia, usemos pues el principio de “anunciar para vender”, hagamos publicidad; “PARA SACIAR LA SED NO HAY COMO BEBER AGUA” 

NARRADOR: Y el pueblo respondió: 

PUEBLO: ¿Cómo quieren que compremos si no contratan nuestro trabajo? Dennos trabajo como antes y no tendrán necesidad de anunciar su producto. 

CAPITALISTAS: Ya lo dijimos, no podemos darles trabajo si el depósito está lleno. Primero compren el agua y después los contrataremos. 

NARRADOR: Pero nada cambió, el pueblo no compró y los capitalistas no contrataron gente; entonces se generó la crisis económica. El pueblo tenía sed y las cosas ya no eran como antes, que cualquiera podía buscar agua. Ahora los manantiales, los pozos y el mercado eran propiedad de los capitalistas, todo estaba en manos de ellos. 

PUEBLO: Esto es injusto, el depósito está por derramarse y nosotros muriéndonos de sed.

NARRADOR: Y los capitalistas respondían: 

CAPITALISTAS: El agua es de quien pueda pagar por ella, ya que “el negocio es el negocio”.

 NARRADOR: La situación de crisis económica continuó, lo que hizo pensar a los capitalistas:

CAPITALISTAS: Si el pueblo no compra, no obtendremos más beneficios, ¿cómo es que nuestras ganancias se han convertido en perjuicio para nosotros y nos impiden hacernos más ricos? Es necesario estudiar a fondo esta pregunta. 

NARRADOR: Entonces, los capitalistas crearon grandes Escuelas y Universidades y los dirigentes de éstas fueron los “sabios” que aceptaron que a cambio de su trabajo ellos y sus familiares obtuvieran el agua que necesitaban. Por esto el nivel del agua del mercado bajó un poco. Los hombres formados en las Universidades eran los “sabios”. Conocían muy bien el arte de hablar con oscuridad, con palabras difíciles y elegantes que el pueblo no entendía. Los sabios apoyaron y defendieron a los capitalistas y fueron sus aliados. Los capitalistas mandaron llamar a los sabios para que les explicaran el porqué de la crisis económica, y los sabios dijeron, sin ponerse de acuerdo 

SABIOS: La causa es la sobreproducción. No, la causa es el exceso del “Stock Acumulado”, aunque puede ser también que el pueblo “no compra porque no tiene confianza”. 

NARRADOR: Los capitalistas se aburrieron de escucharlos y para su tranquilidad les ordenaron:

CAPITALISTAS: Vayan con el pueblo y explíquenle el por qué de la crisis, a ver si así nos dejan en paz; y si pueden, convénzanlos de que es necesario que nos compren el agua. 

NARRADOR: Los sabios, diestros de la ciencia lúgubre y oculta, tuvieron miedo porque sabían que el pueblo no los sentía parte de ellos y temían ser apedreados, e hicieron la siguiente advertencia a los capitalistas. SABIOS: Nuestra ciencia la entiende quien está descansado y sin sed, como ustedes; pero para el pueblo no tendrá validez y se burlará de lo que decimos. 

NARRADOR: Sin embargo, los capitalistas obligaron a los sabios -que ya eran siervos suyos- a ir con el pueblo, y estos obedecieron. Le hablaron al pueblo de sus teorías y éste les respondió: 

PUEBLO: ¡Fuera de aquí! Cabezas inútiles; nuestra escasez viene de su abundancia. 

NARRADOR: Les lanzaron piedras para correrlos. Esto hizo pensar a los capitalistas.

CAPITALISTAS: Es necesario que el pueblo estudie nuestras teorías, pero que no conozca el verdadero secreto, para ello debemos abrir más universidades y escuelas, así todos se educarán y conocerán nuestras ideas, esto tenemos que hacerlo aunque gastemos agua de nuestros depósitos y así el descontento será menor y el nivel del agua bajará pudiendo contratar algunas gentes del pueblo, que tendrán dinero y podrán comprarnos el agua, así obtendremos ganancias. 

NARRADOR: Y en efecto, así lo hicieron los capitalistas. Sin embargo, la mayoría del pueblo continuaba sediento y descontento, haciéndose temibles las protestas y hasta la toma por la fuerza del mercado. Ante esta amenaza los capitalistas mandaron a sus ministros del culto -que eran falsos sacerdotes- para que hablaran así al pueblo: 

MINISTROS DEL CULTO: Esta sed que nos aflige ha sido enviada por Dios para la salvación de nuestras almas, hay que llevarla con paciencia y resignación y no dejarse arrastrar por la codicia del agua, así cuando Dios nos recoja, iremos a un país donde no habrá sed y sí agua en abundancia. 

NARRADOR: Estos ministros del Culto disfrutaban del agua como los “sabios”, y en muchos casos fueron más útiles que estos, pues a mucha gente del pueblo realmente lograron atemorizarla. Sin embargo, también hubo algunos verdaderos cristianos que armaron al pueblo y no hablaron a favor de los capitalistas, sino que actuaron constantemente contra ellos y la injusta situación que se vivía. Hubo algunos Capitalistas que, viendo que el pueblo aún murmuraba a pesar de los “sabios” y los Ministros del Culto, recapacitaron y metieron la punta de sus dedos en el agua que se derramaba del depósito; después, dejaron caer las gotas de agua del extremo de sus dedos, sobre el pueblo más sediento que se reunía alrededor del depósito, y a esta acción la llamaron caridad. Estas gotas eran extremadamente amargas. Pero nada de esto era suficiente, pues el pueblo seguía sediento y su inconformidad crecía, ante esto, los Capitalistas tomaron medidas. 

CAPITALISTAS: Hagamos pequeñas fuentes surtidoras que repartan algo de nuestra agua al pueblo para que éste diga que somos generosos con él, y las llamaremos instituciones de servicio. 

NARRADOR: Otro Capitalista pensó: 

CAPITALISTA: Ante la amenaza de que el pueblo tome por la fuerza el depósito, y las fuentes de agua, debemos conseguir a alguien que nos proteja, sugiero que convenzamos a algunos sedientos del pueblo, a ser hombres nuestros y que nos sirvan contra él, a cambio les daremos agua en abundancia a ellos y sus hijos. 

NARRADOR: Así hubo hombres del pueblo que fueron armados y se convirtieron en ayudantes de los capitalistas. Algunos de ellos sufrieron al verse persuadidos por su necesidad de agua. Otro Capitalista que era muy inteligente tuvo una buena idea: 

CAPITALISTA: Es necesario prevenir que el pueblo responda con violencia a nuestras medidas, para ello propongo que se hagan leyes que condenen a quien proteste por la falta de agua o a quien desee apoderarse de nuestros manantiales y del mercado, y hasta a quien falte al respeto a nuestros sabios, sacerdotes y guardianes. En general, a quien proteste contra la ley y el orden; con esto, todo estará de nuestro lado. 

NARRADOR: Así los Capitalistas se defendieron y llegaron a agredir al pueblo muchas veces, sobre todo cuando se agolpaba junto al depósito. Los Capitalistas se dedicaron a derrochar el agua en grandes jardines y piscinas, bañándose ellos, sus aliados, sus mujeres e hijos. Con el tiempo, el depósito empezó a bajar de nivel, entonces los Capitalistas proclamaron: 

CAPITALISTAS: La crisis ha terminado; vengan gente del pueblo, hay trabajo para todos nuevamente, pero recuerden la condición: por cado cubo que traigan, les pago una moneda; por cada cubo que necesiten, nos dan dos monedas, pues debemos tener un beneficio. 

NARRADOR: Después de un tiempo, el depósito volvió a derramarse como antes, y el pueblo padeció sed mientras el agua era mal gastada por los capitalistas, que además obtenían sus ganancias y se volvían cada vez más ricos. Esto se repitió muchas veces. Ante esta situación aparecieron algunos personajes entre el pueblo que le hablaron así. 

LÍDER: ¡Acabemos con las injusticias, saciemos nuestra sed! ¡Para esto debemos organizarnos! 

NARRADOR: Y los capitalistas llamaron a estos personajes: 

CAPITALISTAS: ¡AGITADORES! 

NOTA: El cuento original no concluye aquí, pues continúa con las etapas de conciencia, organización y lucha hasta la construcción de una nueva sociedad, pero para efectos de la técnica, sólo llegamos hasta este momento.

viernes, 16 de mayo de 2025

1984, DE GEORGE ORWELL Y LA ERA DIGITAL. ¿VIVIMOS BAJO EL OJO DEL GRAN HERMANO?



PERSONAJES:

Winston Smith: Es el protagonista de la novela, tiene 39 años, está cansado y deprimido le aqueja una úlcera de várices. Trabaja en el Ministerio de la Verdad, falsificando la historia. Vive en un mundo donde pensar diferente es arriesgado. En secreto se hace preguntas y escribe un diario para sentir que el sistema aún no lo ha aniquilado. 

Julia:. Es una joven de 26 años, que nació después de la revolución. Trabaja en el Departamento de Novela.  No pretende cambiar el sistema, aunque lo odia.  Ella solo quiere vivir intensamente su juventud. Cuando conoce a Winston, desafían este mundo viviendo un amor prohibido hasta que los descubren.  

O´Brien: Es un miembro destacado del partido. Winston lo admira, porque cree que es inteligente, educado y carismático. Una señal onírica y una mirada, hacen que Winston confié en él y le confiese su repudio al partido. Pero O´Brien lo traicionará. 

El Gran hermano: Es un afiche, una pantalla, es el sistema de control que el partido ha creado para doblegar a los miembros del partido. 

Emanuel Goldstein: Era el gran opositor del partido. Líder de la hermandad. Lo respaldaba el ejercito de Enrasia. Escribió un libro prohibido que explicaba como escapar del control. En Oceanía lo odiaban porque así lo ordenaba el régimen. 

Sr Charrington: Es la cara de la crueldad del régimen. Tras el rostro amable de un anciano que ama el pasado, que abre la puerta a los recuerdos, a la esperanza y el amor, se esconde un fuerte espía, miembro de la policía del pensamiento. Su tienda es una trampa. 

RELATO:

1984 es una distopía brutal. George Orwell imagina un mundo donde el gobierno controla todo, lo que haces, lo que dices, lo que piensas, lo que sientes. El gran hermano siempre está mirando y la verdad no importa, solo importa lo que el partido dice que es vedad. Winston Smith, el protagonista, trabaja en el Ministerio de la Verdad, donde reescribe la historia para ajustarla a los intereses del partido, pero un día empieza a cuestionarlo todo.  

Decide escribir un diario para el futuro, un acto clandestino y peligroso. Frente al papel, descubre que ha olvidado la ortografía, que no puede escribir con claridad, que le duele la mano. La censura ha calado tan hondo que hasta sus pensamientos parecen vacíos. Aun así, en un gesto desesperado de libertad escribe una y otra vez ABAJO EL GRAN HERMANO, como si esa frase fuera su única salida. En este instante, Winston toma consciencia de su deterioro. Se ve a sí mismo como un enfermo en sus últimos días. Escribir para él es un alivio momentáneo, pero también una confirmación de que quizás ya todos están muertos, aunque sigan caminando.  escribir un diario para el futuro, un acto clandestino y peligroso. Frente al papel, descubre que ha olvidado la ortografía, que no puede escribir con claridad, que le duele la mano. La censura ha calado tan hondo que hasta sus pensamientos parecen vacíos. Aun así, en un gesto desesperado de libertad escribe una y otra vez ABAJO EL GRAN HERMANO, como si esa frase fuera su única salida. En este instante, Winston toma consciencia de su deterioro. Se ve a sí mismo como un enfermo en sus últimos días. Escribir para él es un alivio momentáneo, pero también una confirmación de que quizás ya todos están muertos, aunque sigan caminando.Winston Smith, el protagonista, trabaja en el Ministerio de la Verdad, donde reescribe la historia para ajustarla a los intereses del partido, pero un día empieza a cuestionarlo todo.

Un día, Julia, una joven que parece ser una ferviente seguidora del partido le entrega en secreto a Winston un papel que dice “TE QUIERO”, ese simple gesto, es ya revolucionario. A partir de ahí, ambos comienzan a encontrarse en secreto. En cada encuentro hay una mezcla de pasión, miedo y esperanza. El amor entre ellos les da una ilusión de humanidad. Winston vuelve a sonreír, sube de peso y usa unos viejos pantalones cortos. Julia, consigue en el mercado proletario café, té, azúcar, pan, un vestido y un labial, con el que crea un ambiente amoroso.

Finalmente son descubiertos, arrestados y torturados. En la temida habitación 101, el miedo y el dolor hacen que ambos se traicionen. El régimen los aniquila. Después de eso, el amor se convierte en recuerdo lejano, en una ilusión perdida. Se encuentran una última vez, vacíos y se dan cuenta de que ya no sienten nada el uno por el otro.

 OPINIÓN

Winston Smith, decide escribir un diario, para ello consigue un viejo cuaderno en la tienda de Sr Charrington, en el barrio proletario. Enfrentado a la escritura y consciente, de que el crimental, se paga con la vaporización, ve con nostalgia que sus capacidades y habilidades se han reducido. Sin nada que perder, sus primeras reflexiones cuestionan el para quién escribir, “Al futuro o al pasado, a un tiempo en el que el pensamiento sea libre” escribe para el tiempo y escribe, para contar lo que el Ministerio de la “Verdad” ha falsificado. En esta parte del libro, Orwell aborda el tema de la memoria, como un acto individual y liberador que le permite a su personaje principal reafirmarse a sí mismo como un ser pensante, sensible y que logra estar vivo al menos durante el acto de la escritura.   

Pero en un sentido más amplio la obra de Orwell va más allá, relaciona los dispositivos de la memoria -recuerdos, fotografías, monumentos- con la verdad y la manipulación que hace el régimen para controlar el relato a través de la degradación del lenguaje. La neolengua, que es la anulación total de la capacidad del ser humano para hablar, comunicar y pensar, con la amputación de palabras y con estas la posibilidad de acceder al pensamiento crítico. A través del personaje de Symeel el filósofo, especializado en neolengua, que termina siendo vaporizado por el régimen, Orwell nos advierte los riesgos de este tipo de control; ¿No se te ha ocurrido pensar, Winston, que lo más tarde hacia el año 2050, ni un solo ser humano podrá entender una conversación como ésta que ahora sostenemos?  filósofo, especializado en neolengua, que termina siendo vaporizado por el régimen, Orwell nos advierte los riesgos de este tipo de control; ¿No se te ha ocurrido pensar, Winston, que lo más tarde hacia el año 2050, ni un solo ser humano podrá entender una conversación como ésta que ahora sostenemos?

el filósofo, especializado en neolengua, que termina siendo vaporizado por el régimen, Orwell nos advierte los riesgos de este tipo de control; ¿No se te ha ocurrido pensar, Winston, que lo más tarde hacia el año 2050, ni un solo ser humano podrá entender una conversación como ésta que ahora sostenemos?

1984, está en un dialogo constante con la verdad, Winston, entiende que la realidad que está viviendo es el producto de un pasado que sistemáticamente él mismo ayudó a modificar.  Más en su delirio de rebeldía, busca la verdad en la prole, en objetos, en monumentos, en las perdidas y carencias de la vida cotidiana. El diario de Winston, es una herramienta para preservar recuerdos verdaderos, aunque sean fragmentarios. Es un intento por registrar la realidad, antes de que desaparezca bajo la manipulación impuesta por el régimen.

Hay experiencias que marcan profundamente al autor y que hacen que su obra sea un el acto político. Cuando George Orwell se incorporó como corresponsal del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) durante la Guerra Civil Española, en 1936, persigue el ideal de luchar contra el Franquismo y el Stalinismo. Durante su estadía, fue testigo de cómo los comunistas, alineados con la Unión Soviética, empezaban a perseguir a otros izquierdistas, manipulando los hechos y controlando la narrativa, a menudo alterando la verdad. Él mismo Orwell fue perseguido, censurado y obligado a huir de España. Más tarde, trabajando como corresponsal de la BBC durante la Segunda Guerra, seguramente reafirmaría cómo el lenguaje y la política hacen parte esencial del poder.

George Orwell escribe su libro para un tiempo en el que el pensamiento sea libre, imaginó un 1984, en guerra, hipervigilado, restringido y con absolutas carencias. Fue hijo de los totalitarismos de su época y alertó el peligro que contraían los nacientes imperialismos de Inglaterra, Rusia y Estados Unidos, que en la obra son imaginados desde la degradación bajo figuras de Oceanía, Enrasia y Asia Oriental.  un tiempo en el que el pensamiento sea libre, imaginó un 1984, en guerra, hipervigilado, restringido y con absolutas carencias. Fue hijo de los totalitarismos de su época y alertó el peligro que contraían los nacientes imperialismos de Inglaterra, Rusia y Estados Unidos, que en la obra son imaginados desde la degradación bajo figuras de Oceanía, Enrasia y Asia Oriental.  

Esta es una novela para que la cabeza de vueltas. Aunque fue escrito hace décadas, su mensaje sigue siendo actual. Hace pensar en cómo la tecnología y el control pueden ir demasiado lejos. Tiene la virtud de hacer que el lector vea la realidad de manera crítica. Aunque en la época de George Orwell no existía el internet, imaginó el control como una pantalla de televisión que veía todo al instante. Hoy en día, en lugar de un Gran Hermano, que impone el control con violencia, vivimos en un sistema donde muchas personas entregan voluntariamente su información personal. Las redes sociales hacen de la vigilancia algo cotidiano y hasta entretenido, pero detrás de esa aparente libertad, existen algoritmos que recopilan e interpretan datos y modelan conductas. no, que impone el control con violencia, vivimos en un sistema donde muchas personas entregan voluntariamente su información personal. Las redes sociales hacen de la vigilancia algo cotidiano y hasta entretenido, pero detrás de esa aparente libertad, existen algoritmos que recopilan e interpretan datos y modelan conductas.

an Hermano, que impone el control con violencia, vivimos en un sistema donde muchas personas entregan voluntariamente su información personal. Las redes sociales hacen de la vigilancia algo cotidiano y hasta entretenido, pero detrás de esa aparente libertad, existen algoritmos que recopilan e interpretan datos y modelan conductas.

Por otro lado, los dispositivos electrónicos a los que ingenuamente entregamos nuestros datos y peor aún nuestro tiempo, tienden a deteriorar habilidades como la atención, la memoria, la comprensión y el aprendizaje. Hoy en día se hace más importante volver a la conversación, la escritura a mano, a la lectura, a la pausa, tanto, porque incentivan el pensamiento crítico, como porque alimentan las habilidades que nos llevan a pensar.

Si esta lectura te ha removido algo por dentro, no te detengas aquí. Te animo a explorar otros títulos que, como esta obra, invitan a reflexionar sobre el poder, la verdad y la condición humana.

 Un mundo feliz. Aldous Huxley

años, que nació después de la revolución. Trabaja en el Departamento de Novela.  No pretende cambiar el sistema, aunque lo odia.  Ella solo quiere vivir intensamente su juventud. Cuando conoce a Winston, desafían este mundo viviendo un amor prohibido hasta que los descubren.  

 Rebelión en la granja. George Orwell



 le aqueja una úlcera de várices. Trabaja en el Ministerio de la Verdad, falsificando la historia. Vive en un mundo donde pensar diferente es arriesgado. En secreto se hace preguntas y escribe un diario para sentir que el sistema aún no lo ha aniquilado.

domingo, 11 de mayo de 2025

¿SOBREVIVIRÍAS UN DÍA EN LA FÁBRICA DE CHOCOLATE DE WILLY WONKA? ENSEÑANZAS DEL LIBRO DE ROALD DAHL, “CHARLIE Y LA FÁBRICA DE CHOCOLATE”.


Desde su publicación en 1964, Charlie y la fábrica de chocolate sigue siendo una historia asombrosamente actual. A través de Charlie Bucker, el niño humilde de los suburbios, quien sólo podía disfrutar de una barra de chocolate una vez al año, Roald Dahl, nos muestra el valor de la sencillez y la humildad. Pero no es solo la historia de Charlie y Willy Wonka lo que atrapa al lector. Destacan en el libro, personajes que seguramente provienen de universos igualmente complejos.  Augustus Gloop, un niño glotón, Veruca Salt, una niña capichosa, Violet Beauregarde, una niña obstinada y Mike Teavee, un niño obsecionado por la televisión. Estas cinco personitas, ofrecen lecciones claras acerca del caracter humano, de las emociones, de los valores, de las ausencias y perdidas y de cómo hacerles frente.  Esta obra es una lectura rica en enseñanzas para nuestros niñ@s.

La fábrica de Willy Wonka, con sus rios de chocolate, caramelos increibles y dulces mágicos es un
escenario perfectamente tentador, nada lejos de la realidad que viven nuestros niños hoy en día. En la fábrica de chocolate tendrán que enfrentar las consecuencias de sus defectos y de sus virtudes. A través de situaciones imaginadas, Roald Dahl, reprueba los malos comportamientos pero ofrece a su vez, una formula sanadora, a través del ritual cantado de los Oompa-loompas. Este particular ritual del cacao, pasa por un canto y un baño sanador que ayuda a que los niños, transiten y superen la visita a la fábrica. El autor consigue, que el lector joven, reflexione sobre la importancia de la bondad, la paciencia, la humildad y el trabajo.

Charlie y la fábrica de chocolate  no sólo es una aventura fantástica, es también una reflexión profunda sobre la formación del carácter. A lo largo de la historia, vemos como estos niños, que buscan la gratificación inmediata, que son mimados o que actuan por impulsos sin pensar en las consecuencias, terminan enfrentando situaciones difíciles. Este planteamiento invita a los pequeños lectores a pensar en que tipo de adultos serán, si todo se consigue de manera fácil, sin esfuerzo, ni responsabilidad. Dahl, nos sugiere, de manera sutil pero firme, que los valores, son escenciales para construir una vida plena y auténtica.

Este grandioso libro puede servir de guía para que padres y docentes navegemos por dichos universos y podamos brindar un acompañamiento asertivo y afectivo. Augustus, no es un niño malo, no necesita más chocolate, necesita equilibrio emocional y un NO a tiempo. A veces los niños que más hablan, sienten que nadie los escucha y los que más presumen sienten que nada es suficiente para tener la atención de sus pares. Violet, requiere aceptase cómo es. Veruca, cae por el agujero, no por lo qué pide, sino por cómo lo pide, es el resultado de una infancia sin esperas, en donde el amor se confunde con la complacencia.  A Mike le falta un vínculo humano, un juego y una conversación real.

Charlie y la fábrica de chocolate no solo despierta la imaginación de niños y niñas, sino que también ofrece múltiples posibilidades para ser trabajado en el aula, desde actividades con enfoque en valores, hasta los laboratorios más disparatados y creativos para un aula de literatura y ciencias. Esta obra es una mina de oro educativa.

Si te gusto la reseña y quieres apoyar nuestro trabajo, te invitamos a solicitar el material de apoyo que preparamos para trabajar este libro en el aula. Contactanos a través de nuestras redes y con gusto te enviaremos el PDF con herramientas listas para usar.


El mercado. (Cuento)