martes, 30 de enero de 2018

LA VERDAD DESNUDA

Fanny Ortiz
fannyortiz997@gmail.com


LA VERDAD DESNUDA
(canción y poema de los llanos del Vichada)
Ricardo García Cúrbelo "El cristofué"


De los llanos del Vichada cogió su camino un indio
se tiró el chinchorro al hombro y le dijo a los vecinos:
yo me voy pa´ pueblo grande a hablar con jefe mayor 
tamo aguantando mucha hambre, muy negra es la situación
de bastimento llevaba un arco y una lanceta

Después de los doce días, cruzar el llano del Meta
seis veces había comido, se sentía escaso de fuerza
y en un esterón bravío cazó una garza paleta 
la cual se la comió cruda y con fuerza de este alimento
pudo andar seis días de luna saliendo a Villavicencio

Preguntó la carretera que conducía a Bogotá 
y a pura pata pelaa siguió avanzando su marcha
comió rellenas en Caqueza
cruzó por tuo´el centro del parque
y a las dos horas y media iba llegando a Chipaque

Serían las tres de la tarde cuando el indio contemplaba
!Qué guhaibiada! -pensaba-
bastante penca le palma se llevaría aquella casa
y con la mano mostraba el edificio de Avianca

En la avenida Caracas preguntó po´el presidente
unos pelaban los dientes, otros no entendieron nada
pero él seguía su correría porque sabia que allí estaba

Habló con un policía que comprendió sus palabras
  éste le sirvió de guía dejándolo a media cuadra
un ídolo parecía, nadie le chistaba nada
y como nadie le impedía llegó como le invitaron

Taba reunido el senado en opiniones privadas
  y como él de esto era  inocente
  sin ningún inconveniente se dirigió al presidente

Oiga señor presupuesto: Tú capitán de Colombia, yo soy capitán Piapoko
quiero, pregunto pa´mí, ¿tú conoce el Orinoco?
No. No, conoce el Orinoco.
Porque vive en pueblo grande, comiendo bueno y bien gordo

Vuelvo pregunto pa´mí, ¿tú no has comido mañoco? 
No. No, ha comido mañoco
Yo tampoco quiero más mañoco, señor presupuesto
pescado, ajipe, no hay, caimán, terecay tampoco pacu,  iguana, mucho menos,
solamente puro mosco que pica y pica y da paludismo  y droga no hay pa´ nosotros


Bueno, eso fue todo. Si te gustó lo que leíste y quieres hacer un apunte, no dudes en escribirlo. Recuerda que si estás en otro país o ciudad y requieres documentación de tipo histórica, mi contacto está iniciando la entrada, ahí me ubicas. Hasta la vista.




viernes, 22 de diciembre de 2017

EL DESCUBRIMIENTO FORTITUO DE AMÉRICA Y LA IDEA DE LA TIERRA PLANA

Por: Fanny Ortiz. 2017
fannyortiz997@gmail.com


Si a usted le preguntan en la calle qué quería demostrar Colón cuando llego a América, seguramente no le debe de extrañar encontrar que Colón pretendía demostrar la redondez de la tierra. No se extrañe, pensar así, es producto de lo aprendido en la escuela. Imaginarios de este tipo se han filtrado y regulado hasta hoy, como parte de las posturas positivistas del siglo XIX, aun presentes en nuestros procesos de enseñanza. Gracias a ello, es común pensar, que en la época de Colón, las personas consideraban que la tierra era plana. 

Cuando Colón llegó a América imaginando llegar a las "indias" no pretendía ningún descubrimiento, es decir, el almirante convencido de su entendimiento, o mejor, de sus "cuentas" quería demostrar que era posible otra ruta comercial al oriente, más corta y barata. Para el mismísimo Colón, la cosa estaba clara, el verdadero descubrimiento fue hallar unas tierras que hasta el momento nadie se las pensaba.

El hecho de que Colón, quisiera llegar al oriente partiendo desde el occidente, deja en claro que para el almirante la tierra era redonda. Aunque la historiografía ha planteado que la tierra de Cristóbal Colón, tenía forma de pera, dada su equivocación en el cálculo de la polar. El almirante conocía del cálculo del diámetro de la tierra de Erastótenes, (siglo II, ac) pero estaba convencido de que era más acertado el cálculo de Posidonio, (siglo I, ac) de ahí, el debate frete a los eruditos de la corona española.

Confiado por el cálculo de Posidonio, cosa que casi le cuesta la insurrección de su tripulación, a Colón, se le debe el haber descubierto un mundo nuevo -aunque muriera sin saberlo- y no, el haber corroborado en la practica la redondez de la tierra.

De eso habla el tiraje de 1.000 ejemplares de la "Universalis Cosmographia", del cartógrafo alemán Martin Waldseemuller, el primer mapa que se conoce de América. En una época en la que no existía internet, fax o celular, pasarían tan solo nueve años, desde que los marinos de Colón avistaran por primera vez la América del sur, hasta 1507, cuando se publicará dicho mapa. La rapidez en la impresión del mapa, habla de la importancia de la noticia.  


Primer mapa de América por Martin Waldseemuller, en 1507. Tomado de witipedia


La idea de que la tierra era plana se le acuña a Cosmas Indicopleustes, quien escribió la "Topografía Cristiana", a mediados del siglo VI. Según Cosmas Indicopleustes la tierra era plana, en oposición a la idea de una tierra redonda. También tenía forma rectangular, igual al tabernáculo que se describe en el Antiguo Testamento, es decir, como un cofre. Cosmas Indicopleustes y Lactancio son los autores cristianos de la Antigüedad y del Medievo, de los que se sabe con certeza que mantuvieron la idea de una tierra plana, pero dichos manuscritos fueron encontrados y traducidos hasta 1707.

Es Washington Irvin en pleno siglo XIX, quien trabajo en el acervo documental del escorial relativo al descubrimiento del nuevo mundo y escribió su obra literaria "Life and Voyages of Chistopher Colombus", quien rescata la idea de la tierra plana de Cosmas Indicopleustes y Lactancio.

Parece que tal idea le resonó en la cabeza a otro personaje bien interesante, también por este siglo, se trata del reverendo William Whewell, teólogo británico quien desarrolló un punto de vista para la ciencia, opuesta al racionalismo. En "Astronomy and general physics, considered with reference to natural theology" escrita en 1833, defiende la idea en la que se pretende, que para entender la "Modernidad" hay que desentrañar, entre las marañas de una época anterior. Surge la idea de una "Edad Media", oscura e ignorante. Y en tal ignorancia, la semilla lanzada por Washington Irvin, cala muy bien. Así se da inicio a la popularización de la teoría de la tierra plana. Idea que se mantuvo hasta bien entrado en siglo XIX, y se filtró en el imaginario de las personas por la vía de la religión y en consecuencia fue regulada a través de la escuela, aunque debo decir, escuelas confesionales, que insisten en defender ideas dominantes.

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jueves, 12 de octubre de 2017

POEMA DE ANDRÉS BIANQUE.

Hoy día de la diversidad, la identidad y la memoria. Recordamos que somos muchos pero distintos. Colgamos el poema de Andrés Bianque, indígena Mapuche de Chile.

Por: Andrés Bianque. 2007

I

Se adentraron los cuervos en la inmensidad de los bosques logrados.

Devoraron las entrañas esparcidas a la veda del camino.

Despertaron de su letargo a los escarabajos dorados e indómitos.

Quisieron esclavizar la lluvia, los ríos y las casas pobres por doquier.

Talaron hasta el hueso de la canela rebelde en su hambre de poder.

Y así, codiciosos de todo lo que no era de ellos,
Comenzó el festín de mortandad.

Lo que no cabía en sus bolsillos, caía en las fauces criollas.

Todo era ensangrentado con el sol entremedio como testigo.

Nuestro carácter hospitalario, les abrió la puerta a esos perros sanguinarios.

Creímos que eran los hijos de un dios mayor.

En un pacto con el diablo nos hubiese ido mejor.

Alabados los que abrieron los ojos, ante tanto despojo.

Los ejércitos más fieros de su época aplastaban a los infieles hasta hacerlos,
Ver el infierno sin necesidad de morir.

Cayó la espada en nombre de reyes parásitos, dígase de paso,
Perpetuos en el tiempo. Ayer, hoy y siempre.

La mitad de lo que aprendieron del desierto lo sembraron a punta
De cuchillo sobre la frente de los herejes.

Aún salpicaba arena de sus bocas, pero sentíanse dueños del discurso,
Dígase de paso, hoy, ayer y siempre.

II

Trajeron la brújula y la sarna, el compás y las armas, el espejo y los complejos.

Cualquier intento de rebeldía, callaban con la Biblia aplastante, mientras lucía a sus amantes.

Trajeron los cerrojos y los piojos, el astrolabio y los tarados, el candado y la peste.

Trajeron las tasas y la desgracia, repartieron los solares y los males.

Trajeron la coraza y la mordaza, la espada y la celada.

Trajeron los asentamientos y los degollamientos.

Se llevaron las rosas en sus lomos de mula, dejaron el estiércol como recuerdo.

Se llevaron las sonrisas en sus barcos de guerra.

Y nos dejaron óleos, con sus caras de santos.

Se llevaron todo lo que brilla. Todo lo que mantiene y condimenta su carne.

Que bueno, que nunca fueron muy amigos del agua.

¿Cuántos indios decapitaron, para robarles chocolate y cacao?
Y nosotros les matamos el hambre con nuestras papas,

Les adornamos sus mesas con paltas y tomates.

Y para ustedes no era delito matar un salvaje.

Se llevaron el caucho, el hule, el maní y los pimientos,
Nos dejaron de herencia, siglos de sufrimientos.

Se llevaron el tabaco, nos dejaron el mal olor de sus sobacos.

Se llevaron el maíz, y dejaron epidemias en cada país.

Además, les fascinó el trueque,
Se llevaron el girasol, los frijoles y las batatas,
Y nos dejaron un nuevo tipo de rata.

Se rieron de buena gana en nombre del señor, al parecer fue el único que vino con ellos.

Su fealdad la aplacaban con el aceite, de algun indio soberbio achicharrado.

Si sólo hubiesen sabido que ni toda la grasa del mundo mejora un cerebro malogrado.

Trajeron la encomienda y toda su mierda, los curas y la basura.

Trajeron la peluca y la sangre, las balas y el hambre, las botas y el sudor.

Trajeron la pólvora y la sífilis, la cuchara y la amarra, el hacha y los esclavos.

Trajeron los sacos y el desfalco.

El suicidio y los mendigos, el látigo y los castigos. El caballo y los lacayos.

El cabildo y los cinismos. Los embalses y los pillajes.

Trajeron la venganza y las matanzas,
Que día de campo se dieron estos colonizadores, sí hasta las hormigas
Se escondían de sus dientes.

Que tiempos aquellos para estos soldados, si al parecer eran hijos de un ser sagrado.

Que no haya rencor ni quebranto, sólo fueron un par de siglos de espanto.

Que no se hable con envidia, alguien tenía que violar a las indias.

Todo era ensangrentado con el sol entremedio como un quejido.

Pausa. Entre paréntesis.

Todo no podía ser tristeza, soledad y destierro.

Sonrientes apostaban, cuanto duraba un indio cercado,
Contra diez perros hambrientos.

Una pieza de oro, del mejor banco, a que mis indios no gritan
Cuando se lanzan de los barrancos.

Masticando nuestro chicle o goma de mascar, siempre fue más entretenido saquear.

III

Pero en sus correrías sanguinarias, encontraron su tope,
Un indio más grande que todas las araucarias.

Creyeron que eran yanaconas, ya se sentían dueños de la zona.

Uno de los tantos caciques les habla en forma clara:
Mientras aún se escuche el aliento de un invasor, nuestro pueblo sentirá el dolor.

Puño a puño, mano a mano, ya veremos quien sale ganando.

No ganaron ayer, no ganaron hoy día, no ganaran mañana.

Puño a puño, mano a mano, ya veremos quien sale ganando.

Mientras sople viento en estas tierras, a cualquier explotador le daremos guerra.

En el cenit de los problemas, por supuesto cambiaron de estratagema.

Permutaron la riña por la biblia.

Y así, entre cruces, sotanas y oraciones, comenzó nuevamente el festín de los ladrones.

Que conveniente es ser cristiano.

Dios quizás es feliz con lo robado.

Trajeron el rosario y los sicarios. Los anteojos y los despojos.

Campos y bosques había que ocupar, mejor que lo haga un capellán.

Luego, sin regimientos vinieron los desacreditamientos y los fingimientos.

Cómo puede un indio holgazán y bebido, ser dueño de su destino.

Si son inferiores, son como monos. Sin embargo, nuestros hermanos menores.

Pero, no tienen modales, educación, ni cultura, mejor que duerman entre la basura.

Y así, un temporal de mentiras y estigmas aún cabalga por las colinas.

No sólo mataron, todo lo bello tergiversaron, lo enajenaron.

Después, como si fuera una nueva moda se levantaron los guachos, contra sus padres.

Avariciosos, criollos y bastardos no aceptaron migajas, querían todo el fardo.

Y así, entre nobles penitentes y europeos de segunda, nació nuestro continente.

Su rebeldía, crecía como un maleficio, pero aún seguían admirando sus inicios.

Como no ser amos de todo, sí aquí no saben de ropa, hay que importarla desde Europa.

Sólo un puñado de estos criollos, merece ser honrados.

Su odio, resentimiento y complejo de inferioridad, moldeó nuestra nacionalidad.

Al indio, se le desprecia por su cara y su color, aunque fuera nuestro único defensor.

Somos poca cosa, a veces los peores, pero hay que buscar la causa,
En la historia de los invasores.

Todo era ensangrentado, con el sol entremedio como un castigo.

Trajeron un tipo de escritura y un mar de tipos caradura.

Trajeron los cañones y los matones, el horario y los mercenarios.

Trajeron los arcabuces y los embustes.

Trajeron la real hacienda y toda su violencia. Los carniceros y los floreros
Trajeron lo más selecto de su país, dejando cárceles y puteríos sin su habitual cariz.

IV

Indicación colonial par el buen vivir entre los indígenas,
Aborígenes, pueblos originarios o vernáculos.

Si no lo soporta, se le ahorca, si no obedece, se le cuece.

Si no quiere a su amo, se le cortan las manos, si es obstinado, debéis quemarlo.

Si es un rebelde consumado, no perdáis tiempo, simplemente empaladlo.

Menester es deciros que si no le gustan los setos, mejor os entenderá en el cepo.

Lo que se mueve, se come. Lo que sirve, se lleva.

Lo que no, se quema
Otra de sus bonitas estratagemas.

En el colmo de lo absurdo y siniestro, si vamos a sus países
Nos tratan como excrementos.

Sólo queremos ver como brilla el oro, la plata y el cobre de nuestros ancestros.

Sólo queremos sentir como sabe la carne, con especias y sangre.

Disculpen si delinquimos por falta de educación, aunque, fijo,
Ustedes saben, tenemos cien años de perdón.

Si la iglesia acepta sus errores, ¿Por qué no imitan
a sus santos patrones, a sus gestores y claman perdones?

Todos a coro como en un rasgueo, pidan disculpas por los saqueos.

Una cosita más, se les olvido llevarse un poquito de humildad.

Trajeron los conventos y los tormentos, los doctores y los horrores.

Trajeron algunas artes y todos los desastres. La inquisición y toda su corrupción.

Todo era ensangrentado, con el sol entremedio como mendigo.

No solamente trajeron, aún nos siguen trayendo.

Además, no necesitan enviarnos traidores,
Aquí en América latina, crecen por montones.

¿Cuántas celebraciones indígenas encuentras en el calendario?
No muchas por supuesto, son mejores, las de tono publicitario.

Y es que algunos se acostumbraron al factor hereditario
De entregar nuestras riquezas al mejor depositario.

Se reprodujeron en el tiempo, todas esas familias ingratas,
Piensan que el país de allá es el mejor socio.

Y ven a nuestra patria solamente como un negocio.

Si alguien piensa que exagero con decir parias y traidores
Vayan echándole una mirada a los alrededores.

¿Cuántas calles y plazas llevan el nombre
De los asesinos de nuestra raza?
¿Cuántos billetes circulan de mano en mano
Llevando impresa la cara de los primeros tiranos?
Si es por dar ejemplos, me faltaría tiempo.

Ahora somos herederos de su sapiencia
Marcamos a fuego las diferencias.

Su triste escuela, nos dejó secuelas...
Nuestro continente dividido como parcela.

Cada país, el pétalo de una flor...
Una flor llamada América.

Que ironía, ustedes fumándose nuestro tabaco
Y pretenden que besemos vuestros zapatos.

Que horrible sarcasmo, les enseñamos a reemplazar vuestros perfumes,
por el baño y aún nos miran como un rebaño.

¿De que les sirvió todo lo robado?, sí al final de cuenta
Su pueblo pobre sabe lo que es vivir en un país subdesarrollado.

No necesitan enviarnos traidores,
En América Latina crecen por montones.

Sin embargo;
No ganaron ayer.

No ganaron hoy día.

No ganaran mañana.

Puño a puño.

Mano a mano.

Ya veremos quien sale ganando.

B.S.M, S.S.S: (Besa Sus Manos a Su Santísima Señoría)

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domingo, 1 de octubre de 2017

Filigranas colombianas: rastros de una orfebrería prehispánica en el registro arqueológico

Fanny Ortiz
fannyortiz997@gmail.com 

"Descubierta tumba más importante América, enviaré detalles..., Alfonso Caso, Arqueólogo". Telegrama de 1932

El trabajo orfebre y metalúrgico de nuestros pasados prehispánicos ha sido reconocido por su valor tácito, no  por el sujeto y cosmo- visión del mundo, representado en una pieza de metal. La filigrana, es un ejemplo de ello. Incluso, en el discurso museográfico actual, es común reseñarla, agregando el apelativo "falsa filigrana", dado que fue lograda por la práctica de fundir el metal en un molde de cera.

Se tiende a pensar que la filigrana llegó a América con los españoles, siendo un legado de la presencia árabe en la península. En este ensayo trataremos de documentar desde el registro arqueológico, antropológico e histórico, la presencia de la técnica de hilar el metal en la América prehispánica, claro, de una forma totalmente manual a manera de trenzado de varios hilos, o imitación a través del molde de cera.

La etapa más romántica y prolija de la arqueología en América, fue a finales del siglo XIX y principios del XX. Es la época de los grandes hallazgos, de las pirámides y tumbas. Se realizaron las expediciones a Macho Pichú, (1911) la exploración de Teotihuacán (1920) y Chichen Itzá (1930), el hallazgo del complejo ceremonial Mixteca (1932). Todo, a lomo de mula, poco presupuesto y una fuerte convicción científica.

Resultado de este momento de la investigación arqueológica, es que hoy sabemos de la organización del trabajo en el pasado prehispánico. No obstante, en Colombia varias situaciones de nuestros antepasados prehispánicos nos pusieron a distancia, de los avances de la antropología física y la arqueología de esta época. La ausencia de escritura y de vestigios arquitectónicos, semejantes a los de Mesoamérica y Perú, son un ejemplo de ello.

Aunque muy orgullosamente tenemos nuestra Teyuna, en el sitio arqueológico conocido como ciudad perdida de los Tayronas, a orillas del rio Buritica, (Magdalena) su hallazgo fue tardío, (1976). Como señala Efraín Sánchez reseñando el libro de Clara Isabel Botero, "(Nuestro) mundo arquitectónico era de guadua, leña y paja". A ello se sumó, el agravante de que la ruta colonizadora siguiera el rumbo del mitológico dorado (en el Perú), centrando todos sus afanes y esfuerzos en la búsqueda del preciado metal.

La arqueología en Colombia, con todo y el espaldarazo de Paul Rivet, responsable de la teoría del poblamiento americano, fue lenta y tuvo sus reveces. Siendo Colombia un país empeñado más en usufructuarse con su pasado y no tanto, en disfrutar de este legado,  pocos son los avances, en cuanto a hallazgos y conservación del patrimonio de la nación.

Haciendo ese tipo de salvedades, trataré de demostrar la existencia de la técnica del hilado de los metales en nuestros pasados prehispánicos, aprovechando la difusión en internet de artículos e informes de la investigación arqueológica de aquella época tan romántica.

Pues bien, la filigrana consiste en tejer diminutos hilos de metal hasta formar una figura. Se tiene evidencia de que la trabajaron en el mundo de la antigüedad etruscos, griegos, egipcios, bizantinos, chinos e indios. En América prehispánica, una de las piezas más conocidas pertenece a la cultura Mixteca. Es el pectoral del dios de la muerte,- Mictlantecuhtlic-,  encontrado en la tumba 7 del monte Albán, por el arqueólogo Alfonso Caso, en 1932.

Como lo manifiesta el telegrama con que inicia este ensayo, se trata del complejo ceremonial,  más grande del mundo prehispánico. Donde reposan varias tumbas, ataviadas de un complejo aguar que denota gran poder en éste y el otro mundo.  En él se aprecia con mucha claridad, el uso del oro en hilo trenzado o torcido con cierta finura, para el acabado de la pieza.


Pectoral del dios de la muerte, Mictlantecuhtlic. Cultura Mixteca. Monte Alban, tumba siete.

En Colombia, la presencia de la filigrana está ampliamente reseñada en los hallazgos de la cultura Zenú. Pero la pieza de orfebrería prehispánica más popular para el común de las personas, tanto porque pasó de mano en mano durante los años 80´s, en el billete de 20 pesos, como porque es la pieza fundacional del museo del oro, es el reconocido poporo Quimbaya, que está sobrepuesto en una base de oro trenzado.


Poporo Quimbaya. Museo del Oro. Bogotá



Cultura Zenú. Museo del Oro. Bogotá.

La orfebrería prehispánica tuvo gran esplendor  por la zona costera del pacífico en áreas comprendidas en los actuales países de Perú, Ecuador y Colombia. En los años 1980 la datación de los mátales por termoluminiscencia ya era practicada. Fue así que se estableció la datación para el oro martillado en la sierra del Perú alrededor de 1500 ac, el oro pertido y la tumbaga en Colombia  al rededor del año 1000 ac, el oro dorado por oxidación en Colombia al rededor del año 400 dc, (Plazas 1984).  

Recientemente la arqueóloga mexicana Martha Cardona, ha documentado las rutas de comercio e intercambio en las zonas auríferas del sur de Ecuador y Perú. Resaltando la influencia en las técnicas de aleación de  la zona sur de Ecuador, sobre el sector arqueológico denominado como occidente de México. Según una fuente histórica citada por Cardona, "La relación de Zacatula" de 1525 relata, que los indios de Zacatula "decían que sus padres y abuelos comerciaban con gente que venía del sur en canoas y que llegaban a permanecer hasta seis meses en el lugar, en espera de un buen tiempo para partir" Seguramente era en esa distancia de tiempo, en el que se trasmitía el conocimiento del manejo y comportamiento de los metales. Esta práctica de encuentros de saberes, me recuerda mucho como los indígenas colombianos hablan del Taiguantisuyo peruano, diciendo,  "taiguantisuyo, donde lo que es mío, también es suyo".

En la época colonial las zonas de explotación aurífera coinciden casi siempre con el complejo aurífero y orfebre prehispánico. Hay que recordar como la leyenda de "el dorado", sigue en últimas las rutas del recurso aurífero aprovechado por los orfebres nativos. La antropologa colombiana Nina de Friedemman, define el complejo orfebre de lo que hoy es Colombia, según elementos comunes tecnicos y estéticos, que aparecen en los hallazgos de los sistemas fluviales de los ríos Cauca y Magdalena. Estos serían, Barbacoas, Guapí, Itminia y Quibdó en la costa pacifica, Santa fé de Antioquia en las inmediaciones del rio Cauca, Zaragoza y el Bagre sobre el río Nechí y Mompós sobre el río Magdalena.

La antropóloga viajó a Barbacoas (Nariño) en 1971, precisamente con la idea de recabar información de tipo etnográfico, que diera cuenta del aporte negro a la orfebrería nativa, al momento del contracto colonial. Aporte que ella no descartaba, surtiera en la técnica de hilar los metales. En dicha visita se encontró en el texto oral como la palabra "churo", con a que se designa la base o soporte para montar la figura de filigrana, era palabra indígena, así como también, "chulco" una planta que según la tradición barbacoana, había servido en otros tiempos para limpiar el cobre.

Veinticuatro años atrás, en 1947 Rivet y Arsandaux, influyentes antropólogos, encontraron esta misma planta entre los indígenas de Esmeraldas al norte de Ecuador, muy cerca al sector arqueológico denominado "La Tolita", identificado así por  el arqueologo Bergsoe, en 1937. Rivet y compañia documentaron el hecho de que las poblaciones indígenas del sureste de Colombia, fueron portadoras del conocimiento orfebre que tuvieron grupos del Ecuador y de la costa del Perú. Además de presentar el hecho como prueba de la supervivencia del coloreo prehispánico, técnica lograda según los cronistas, con el zumo de hiervas mojadas.

Rivet no acuña datos sobre la filigrana, seguramente porque su pretención científica, era contraria a todo lo que tuviera que ver con los santos religiosos y las filigranas, se asociaban con lo sacro occidental.

Hoy en día recibimos el aporte directo de nuestro pasado prehispánico y colonial en la técnica de la filigrana. La cual trabajan artesanos dotados de herramientas modernas como soplete, hilera y laminador. Se pueden encontrar en joyerías, finísimas piezas que rescatan el saber tradicional y popular. Por ejemplo, el pescadito momposino para la prosperidad, la mariposa que evoca sentimientos de libertad, las candongas de medialuna barbacoenses.

En Bogotá a 218 kilómetros del centro esmeraldero más grande del mundo, es fácil encontrar una filigrana adornada con la esmeralda o un laso de filigrana chocoana, sosteniendo la bella esmeralda. 


Candonga barbacoana de oro amarillo, 21 quilates por método tradicional. Tomado de internet



Replica de figura precolombina, en filigrana y esmeralda. Cortesía de Marak, joyas.


Cordón barbacoano con la técnica de filigrana  y dije de esmeralda. Cortesía de Marak, joyas.





Cuando Nina Friedemann, visitó Barbacoas en 1971, el comercio informal de víveres y viandas, se regulaba con la onza de oro, como moneda. La filigrana era conocida y recordados,  los hilitos de las figuras religiosas de la colonia, en particular de muestra señora  de Atocha, patrona de Barbacoas. Envainada y adornada de oro y piedras preciosas.

La antropóloga documentó las técnicas  del desborrare  y coloreo como parte del contacto negro - indígena al momento de la colonización,  presente en la práctica orfebre de Barbacoas (Nariño) para 1971, y parte de la tradición oral de Magdalena y Cauca.

El coloreo es la forma artesanal de bañar piezas metálicas en oro. Esta técnica fue relatada por el frayle Bernardino Sahagún  en la Historia General de las Cosas de Nueva España, escrita en 1558. "Las piezas se colocaban sobre el fuego de la forja, al aire libre y luego  entre un baño de alumbre que se hacía hervir para después de someter la pieza al fuego, bañarla por segunda vez en una mistura de alumbre, sal y tierra fangosa, para enseguida forjarla hasta que luciera brillante". Aunque esta fuente no es concluyente, en cuanto a que nuestros pasados prehispánicos la hubieran conocido antes de la llegada del europeo, recordemos que en 1984 se realizó análisis por termoluminiscencia datando el oro dorado por oxidación en el 400 dc.

La existencia de productos orfebres precolombinos en zonas del sureste de Colombia,  se desprende de hallazgos arqueológicos (Cubillos 1955) de esferillas, fragmentos de hilos (de oro?), y partículas de oro en formas caprichosas  encontradas en basureros precolombinos. Por ejemplo en el sitio de Monte Alto en el municipio de Tumaco.

Para 1971, la filigrana barbacoana era trabajada en talleres manuales y la identidad de la pieza estaba dada por el manejo de la técnica del coloreo, y el trabajo con oro de excelentes calidades. Los churos, curos o caracoles eran reconocidos por el artesano, como el soporte exterior de la pieza de filigrana. La mayor destreza estaba dada en la elaboración del cordón de hilos.  En este momento ya trabajaba el SENA en la organización de una escuela de artesanos.


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Bibliografía

Cardona Martha, 2015. La orfebrería en el occidente de México

Friedemann Nina, 1971. Joyería Barbacoana: artesanía en un complejo orfebre con supervivencias precolombinas.

Plazas de Nieto, 1984. Nueva metodología para la clasificación de la orfebrería prehispánica.


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jueves, 10 de agosto de 2017

RESGUARDOS INDÍGENAS DEL META Y VICHADA: REDUCTOS DE UNA GANADERIA EXTENSIVA, EN LA REGIÓN.




Fanny Ortiz. 2017
fannyortiz997@gmail.com


Pese a que en la constitución política colombiana (1991), se contempla que los resguardos son inalienables, imprescriptibles e inembargables, es decir, no se pueden ceder, ni vender, ni cambiar su carácter colectivo, se podría pensar que la constitución garantiza la vida y pervivencia socio cultural de la población indígena. Hay que recordar que dichos resguardos se crearon casi treinta años antes de la nueva carta constitucional y siguieron un propósito bien distinto, -al de reconocer la diversidad étnica y cultural-. Se trataba de alivianar la violencia de esa época.

Pues bien, en términos de las realidades de quienes habitan los resguardos, se tiene la sensación de estar muy mal acomodados, como si estuvieran apretados y es cierto. Los resguardos son verdaderos reductos o reducciones como se decía en la colonia, con el agravante, de que no funcionan para regular la vida y producción que quienes allí habitan, ni para llevarlos por el buen camino de la evolución cultural. Están allí, en un estado de indefensión y disminución, pues si bien es cierto, los limites territoriales están claros, la población de indígenas viene disminuyendo y sus problemáticas internas aumentando.

***



Hay que resaltar la diferencia entre los resguardos coloniales y los resguardos constituidos en el siglo XX, como los resguardos de los departamentos del Meta y Vichada. Los primeros, se crearon para regular la vida y producción de los nativos americanos, quienes pasaron a ser súbditos de la corona española y se les relegó a unas pocas tierras, con frecuencia, las peores.

En la Orinoquia, se crearon los resguardos en el siglo XX, para garantizar la pervivencia de los indígenas víctimas de los conflictos de la región.


En el siglo XX, como consecuencia de los conflictos sociales, inicia un proceso de delimitación de reservas y tierras de resguardo, en una especie de reparación por la violencia de esa época. Para esto se aplicó el contenido de la ley 31 de 1967, que reconocía "el derecho de propiedad colectiva o individual a los miembros de poblaciones tradicionalmente ocupadas". La primera propuesta sobre la delimitación de un resguardo, surge de la zona Planas, es decir, después de los conflictos de esta región. Siendo UNUMA el primer resguardo legalmente constituido en 1976.



Hace años tuvimos acceso al informe de trabajo de Alejandro Reyes, abogado contratado por el Ministerio de Gobierno, en 1973, para realizar la delimitación de las tierras de resguardo de la zona Planas, quien amablemente, nos cedió copia de este documento. De éste se infiere que la delimitación de los resguardos, puso como límite, en algunos casos, la presencia del colono y ciertos caños propios del manejo ecológico del  indígena, pero en últimas, primó, el curso que había tomado la ocupación ganadera, la que había replegando a las comunidades de indígenas, a vivir en reductos o arrinconamientos. El resguardo en la Orinoquia, fue producto de esta situación. Al menos, los resguardos del norte del río Vichada que requerían con urgencia de su legalización.



Reyes y su equipo, diferenciaban dos estados en la ocupación de la región de Planas, al norte y sur del río Vichada y sus afluentes. Igualmente, dos problemáticas complejas para las comunidades indígenas. La diferencia entre norte y sur del río Vichada y sus afluentes, estaba dada por la existencia de vías de comunicación y la distancia con puerto Gaitán, Orocué y San José de Ocuné, centros de consumo e intercambio material y cultural, desde épocas pasadas.

Al norte del río Vichada, el avance colonizador y la ocupación ganadera era más aguda, allí el limite estaba prácticamente definido por la presencia de colonos de menor a mayor posesión, es decir, que ya tenían cercas y ganaderías. La única posibilidad para garantizar la pervivencia del indígena -dice el informe-, era ampliar las reservas ya existentes y legalizar de tajo los asentamientos indígenas, como tierras de resguardos. Así se hizo, en Abariba, hoy resguardo Awaliwa, San Rafael, hoy resguardo San Rafael y Domo Planas -Ibibi, hoy resguardo Iwiwi. Además fueron creadas las reservas Walabó, Corocito y Yopalito hoy resguardo WACOYO, por sus siglas. Jerocó, Campo Alegre y Belén en el ángulo que formaba el río Tomo y el caño Weberi, hoy resguardo Weweri, Valdivia, Esmeralda, La Morenita, hoy resguardo Chololobo, Matuto.


Al sur de río Vichada, la presencia de los colonos era menor y la población era mayoritariamente indígena. Se aconsejó englobar en una sola reserva las comunidades de San Juanito y Retiro situadas a orillas del río Teviare hoy resguardo el Tigre. Sobre el mismo río Teviare estaban situadas las comunidades de Uribe, con posesiones en los caños Bojumú, Buenaenajato y Trujillo en Sikuani Jamujamurivá, se recomendó una reserva que englobara estas comunidades, hoy resguardo UNUMA bajo.

En los nacimientos del río Uva, se encontraba la comunidad de Pereira o Boponé, se recomendó una reserva que tuviera como límites los caños Maparrasim, Guayuriene, Jabia y Curisiare hoy resguardo UNUMA alto. Para las comunidades de Santa Cruz o Mabriel, Turpialito, Morichalito y Manacal se recomendó una sola reserva, hoy resguardo Saracure, río Cada. Sobre el río Vichada en su margen sur se encontraba la comunidad de Talabo, Boponó, Palmira, Mamiriba de Piapokos, Retiro de Sikunis, Bogotá, Antonio Rodríguez, Villavicencio y Curicana, se recomendó una reserva para estas comunidades. Por el curso del río Segua, se encontraban las comunidades de Chaparral, Barajaba de Piapokos, Chavia de Piapokos y Cavería.


Los resguardo del Meta y Vichada, sobretodo aquellos que vivieron el avance colonizador de las ganaderías extensivas, entraron en un camino largo de aprisionamiento que los llevo - décadas después- a un estado de indefensión, sobretodo, porque quedaron en connivencia directa, frente al conflicto de la región.

Hoy en día, el curso que ha llevado en proceso de paz entre el gobierno del presidente Santos y la guerrilla de las FARC, ha dispuesto de zonas veredales transitorias, en donde se ubicaran los campamentos de los miembros de la guerrilla que harán entrega de armas, a las comisiones de las Naciones Unidas. Se dispusieron de veredas, es decir, la fracción más pequeña de la estructura administrativa del país, en 23 municipios de 12 departamentos que coinciden con la zona de influencia de las FARC. En el departamento del Meta, se dispuso de la zona 18, (Mapiripan) y en el departamento del Vichada, la zona 21, (Cumaribo). Nosotros preguntamos, ¿Cuál será la afectación para los territorios y las territorialidades indígenas?

BIBLIOGRAFÍA:

Reyes Alejandro y Chiappe Clemencia. 1973. Los Guahibos hoy. Estudio sociológico, jurídico sobre la realidad nacional de los indígenas de la región de Planas. Meta. Informe para el Centro de Desarrollo a la Comunidad. Ministerio de Gobierno. Bogotá.



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El mercado. (Cuento)