martes, 11 de octubre de 2016

UNUMA Y LA HISTORIA DEL ÁRBOL DE KALIWERNAE


Dice Edgar Moran, en los “SIETE SABERES PARA LA EDUCACIÓN DEL FUTURO”, que la memoria es “un mundo psíquico independiente donde se fermentan necesidades, sueños y deseos colectivos.” Y esas necesidades, sueños y deseos para los Sikuani de hoy en día, tiene que ver con la permanencia en sus territorios. Por eso la experiencia colectiva, es una experiencia de lucha. 

Unuma es la organización que representa a los indígenas del Meta, pero también es identidad y palabra de autoridad. Por esta razón no es raro encontrar a Unuma  como parte del relato oral. En este sentido podrías aprender de los abuelos indígenas no solo un acervo cultural,  sino una rica experiencia de lucha.

La historia del árbol de Kaliwernae habla de un hecho memorable cuando la gente Tsamaniwi derriba el árbol de la vida y se redistribuyen los alimentos. En los Llanos Orientales  el 5% de la tierra son aptas para la agricultura permanente y Kaliwernae  se asocia con el uso ecológico de las tierras para la agricultura itinerante de conuco. Veamos.

Cuenta el abuelo Pablo Ardila que:

“Antiguamente  andábamos por la selva,  vivíamos solo de la recolección de frutos, comíamos seje, chun, lulos…. frutos silvestres. Así vivíamos, no comíamos carne. Éramos solamente Sikuni.  No conocíamos el tejido. Hoy en día comemos casabe, plátano, arroz.

Cuando llegó la colonización  la gente se dispersó. Entonces sentimos la necesidad de conservarnos.  En aquel tiempo buscamos una forma de organizarnos. Lo hicimos por medio del conocimiento de nuestros ancianos.

En esa época el único capaz de adivinar e interpretar los sueños era el médico o chaman. De ahí que le preguntaran por la relación del mundo y sus recursos. Buscaban los medios para prever, vivir y resistir.

Aburridos de comer frutas del monte,  buscaron a un abuelo de nombre Palomeke quien sabía relacionarse con el medio. Otro abuelo de nombre Cuchicuchi o Mono Nocturno, descubrió a través de sueños un árbol que se llama  Kaliwernae. Él siempre iba al otro lado del río Orinoco. De ahí va a nacer Unuma.

Al descubrir que Mono Nocturno duraba su tiempo comiendo solo y que el árbol tenía cantidad de alimento: kapi, plátano, arroz, yuca, batata, tabuelas. Hubo conflicto.

Los Cuchicuchis  siempre viajan de noche. El abuelo Cuchicuchi se perdía de noche y comía por allá. Entonces chaman se transformó en Lapa, el otro animal nocturno.

Chaman lo trasformó para que él se volviera nocturno, se hizo transformar la lapita. Pobre mujercita, se transformó como Lapa. Así hasta hoy en día  que la lapa es nocturna.

Y se le mando atrás…  ¡es usted Lapa! … ¡Mire lo que yo estoy comiendo!

Le votaba piedra y ella cogía… ¡Mire no es alimento! El cargaba en su mochila, piedra, palo, hoja. Pero al rato le escucho la ruña. … ¡ese no es usted ¡… ¡Ese es Lapa! … ¡Mire Lapa, eso es lo que yo como! Y le votaba y así iba engañándolo. Pero la Lapita lo perseguía. ¿Hasta donde irá a llegar Mono Nocturno?  Y llegó allá al árbol de Kaliwernae.

Comía cantidades. El hombre allá tranquilo comiendo y acá la Lapita comía solo la concha caída. De ahí que chaman formó un grupo de asociación. Formó un Unuma.

Lapita lo descubrió y el pobre Mono Nocturno se volvió junto a ella y regresaron. Al otro día hubo conflicto. Se peleó entre ellos. A  Lapita preguntaron:

… ¿Qué es palo que nadie capaz de tumbar?

… Como no es palo natural.

… Ni capaz subirlo, como es semejante, ni capaz derribarlo…

… Pues el único abuelo que sabe cómo  derribar ese palo es Palomeke.

El Palomeke que existe está para el lado Orinoco, no es una persona normal, es invisible. Entre ellos se relacionan porque domina el yopo  y comen kapi. Entre ellos se entienden. Entonces ellos fueron con Palomeke. Para negociar rula, hacha. Ese personaje es gigante, las personas somos como sus semillitas. Y chamán y otro fueron a negociar.

Lo planearon todo…

Tocaba jurar…

 Tenían que sorber yopo…

 Tenían que ofrecer kapi...

Tenían que negociar…

¿Qué hacer día y noche? Negociar.

Finalmente el pobre abuelo Palomeke se aburrió

¡No! aquí no vendo, ni regalo nada.

Pero ellos  pensaron hacer otra cosa. Y mandaron un mosquito chaman. Así duraron sus días y sus noches. Un día Palomeke se golpeó… y  llegó mosquito chaman y  como que lo enfermó, le comenzaron vómitos.

Cuando vomitaba, no vomitaba alimento, vomitaba, rula, hacha, joyas, ropa. Cayó oro, plata, anillos. Y ellos tomaron lo que necesitaban. Lo llevaron en bojotes y cuando lo soltaron, salían cantidad de animales. Y se dijeron ni dejar ni llevar.

Prepararse  para tumbar ese árbol, fue su error.

Si el árbol no hubiera sido derribado, solamente tomado  la semilla, o una rama o hubieran sembrado de la semilla caída, los alimentos no fueran hoy en día malos.

Se cometió el error. Tumbaron toda una parte y tomaron de esa semilla.  Por venganza, venimos a comer. Nosotros venimos a este mundo a comer.

Comían tranquilos, pues el alimento caía de Kaliwernae. De día derribaban  y
de noche aparecía entero este árbol.


Árbol de vida todo lo que caía al suelo subía, mejoraba, crecía.

…¡Hay que avisar a nuestro abuelo Bachaco!

La arriera recomendó recoger y llevar esas conchas,  al otro lado del Orinoco. Decía que si quedaba de este lado, volvía a unirse y quedar entero el árbol.

El pobre abuelo bachaco lo llevo al otro lado del mar. A medida que ellos derrochaban lograron derribarlo. Ese palo cayo para el lado de oriente. Si nos hubiera quedada para este lado Hubiéramos garantizado otra forma de alimentación” (Pablo Ardila. Tradición oral Sikuani. 2004)



     Bueno, eso fue todo. Si te gustó lo que leíste y quieres hacer un apunte, no dudes en escribirlo. Recuerda que si estás en otro país o ciudad y requieres documentación de tipo histórica, mi contacto está iniciando la entrada, ahí me ubicas. Hasta la vista.



miércoles, 28 de septiembre de 2016

HISTORIA DEL TERRITORIO WACOYO José Antonio Yepes y Pablo Emilio Gaitán

La historia de la época en que los temibles Caribes asolaban las costas de los ríos de la cuenca del Orinoco  es descrita por el abuelo Sikuani José Antonio Yepes a través de Pablo Emilio Gaitán, quienes hablan de la ocupación en Walabo,  como si hubiera sido el reducto o producto de la guerra contra los Kawiri. Walabo hace parte del resguardo indígena WACOYO del municipio de Puerto Gaitán, Meta, en donde actualmente conviven las comunidades de indígenas Sikuani y Piapoko.

Sus palabras son testimonio valiosísimo para la historiografía regional que ya se ha referido a las ataques de Caribes en los Llanos Orientales, entre el siglo XVIII y principios del  XIX, bajo el contexto de un comercio de esclavos indios promovidos por portugueses y holandeses, quienes se habrían apoyado en éstos grupos a cambio de viandas y comestibles.

En otros  tiempos los Sikuani fueron guerreros  feroces que se devoraban unos a otros y si era preciso entre ellos mismos. Estaban las familias: Yalijimomowi (hormigas redondas),  Jawassirimomowi (murciélagos), Tsumeramomowi (guabinos), Kowaramomowi (caribes) feroces y voraces y los (Sardinas).

Los Bajumomowi y los Yalijimomowi, se guerreaban con frecuencia pues se hacían cacerías humanas al lado y lado de los ríos, se comían a todos los que se dejaran pescar en horas de la noche,  tarde o cualquier momento del día. Ellos se denominaban Sikuani Kawari.

En aquellos tiempos había un solo territorio desde las bocas del Orinoco y sus afluentes. Entonces fundaron la gran ciudad de Malukua, en memoria de la cacica de todos los clanes del Orinoco, hoy San Fernando de Atabapo,  en territorio venezolano.

En esta ciudad a diario se cazaban…. Hacían plazas públicas…. Los wirrias eran fuertes para comer carne humana, eran constantes y agresivos para oler el Caribe y no le ponían cuidado a la caza y pesca, claro, había otros más pasivos quienes complementaban con distintos alimentos y animales. 

Las viviendas eran muy bien construidas, silenciosas y siempre en guardia, como esperando la sorpresa que anunciaba el peligro de los feroces kawiri,… gente voraz…
Este sistema de vida trajo consecuencias, pues era gente agresiva, niños, jóvenes, adultos, mujeres embarazadas, solteras, ancianas, todos recibieron golpes y rejo, no hubo consideración con nadie.

Llevaron consigo los más voraces a Sikiriri, tipo que comía y comía y nunca se llenaba. Eran preparados para eso, tenían a los Isimali, personas que eran sumamente ágiles, veloces y usaban macana o espada de chonta palma jipiri o chontaduro, fruta comestible.

En semejante alboroto la gente huyó a los montes más cercanos. Cada grupo supo correr a su dirección para poder escapar de los demás. Un grupo se desplazó por el río Orinoco, para ubicarse en las cabeceras. Contra la corriente del río pasaron montañas y serranías y  encontraron otra ciudad, la cual llevaba el nombre de una bella doncella de ese clan: Watuliba o la primera cacica. Allí la gente era pasiva y no comía carne humana.

La familia de esta doncella era Okoromomowa o clan de Tatudearro, no era kawiriwa, por eso allí aprendieron a cazar y pescar.

Aquí culmina la historia de los Kawiri. El clan se revuelve con los recién   llegados  predominando éstos, así se borra los Okoromomowa, hasta que predominan los Bajumomowi.

Nuestros patriarcas para Walabo nacen de Yawaimali, persona quien consiguió de esposa a Watuliba y comienzan nuestros consagrados padres  o como decimos los Sikuani: Wamojiwibeye, más o menos en el año 1600.

Estos dos grandes patriarcas hombre y mujer  tuvieron un hijo llamado Antonio Turriego Yepes, no se sabe cómo o en dónde consiguieron este nombre, lo cierto es que con él, empieza el apellido para los Yepes de hoy en día.

Turriego es el gran abuelo de la consagrada familia de los Yepes, a esta persona se le olvido hablar Kawiri, lengua de Yawaimali pues predominó la de Watuliba. Ellos todavía no simpatizaban con los españoles, por eso no sabían el español.

Antonio Turriego emigró del Orinoco, entro por el río Meta hasta el lugar que llamó Walabo, sitio sagrado de la región pues existía un lugar con plátano, piña, guamo y merey, se supone es parte de la semilla que cayó allí, fundo una comarca en el alto Walabo y otro en la orilla del río Meta.

En memoria del patriarca abuelo. Tradición oral Sikuani. Puerto Gaitán. Meta

Bueno, eso fue todo. Si te gustó lo que leíste y quieres hacer un apunte, no dudes en escribirlo. Recuerda que si estás en otro país o ciudad y requieres documentación de tipo histórica, mi contacto está iniciando la entrada, ahí me ubicas. Hasta la vista.




El mercado. (Cuento)