lunes, 21 de enero de 2019

EL PAPA VERDE; RESEÑA

Por; Fanny Ortiz
fannyortiz997@gmail.com










Autor; Asturias Miguel Ángel.
Edición; Losada. 1954.
Número de páginas; 190. Versión digital



Green Pope, -Papa Verde- un término que en la novela de Miguel Ángel Asturias va de voz en voz por las calles de Chicago, para aludir al rey de los bananos. Y gringo,  término ya generalizado en la década del 50, cuando se imprime El Papa Verde, designaba un sentimiento; ¡fuera verdes! Realidad y ficción, algo que está muy presente en el pensamiento de Asturias. Hoy, la reseña de la segunda parte de la saga asturiana en la “novela bananera”; El Papa Verde. Espero les guste.


El Papa Verde es la historia de Geo Maker Thompson, joven soñador  que se inició como plantador de bananos en una costa centroamericana. Como buen pirata le apostó al progreso con violencia. Pero en la tierra de la raigambre, una acción profética, es capaz de estancar el tiempo y las pasiones, para convertirlo en un búmeran de revelaciones humanas. 

Esta parte de la saga narra la vida del hombre, su rápida conversión al capitalismo y la degradación a la soledad y el infortunio. La psicología del personaje central está marcada por la inevitable condena a vivir bajo el dominio de sus pasiones, cargadas de su propia ventisca. Cuenta también la génesis de la respuesta autóctona por la violencia y el despojo en la zona bananera; El Viento Fuerte, tema de la primera parte de esta trilogía.

La historia inicia con el embrujo en tierra ajena, experimentado por el deseo hacia una mujer; Mayarí Palma. El norteamericano incurre en una acción atrevida al pretender a la tierra, en su forma humana, de quien solo obtendrá el hastío que dejan las caricias compradas. Un desenlace fatal, de una noche inesperada, arroga a la jovencita de curvas y extravagancia perfecta a los brazos de río Motagua.

Es que Geo Maker Thompson había llegado al borde de la locura. Parecía una máquina registradora. Había corrompido militares, había despojado y sembrado la violencia. Mayarí Palma, opta por buscar una tregua a la antigua. Vestida de novia se desposó con su nuevo amor; el río Motagua. Entre rezos, predicciones y hombres adornados con tiestos de concha de tortuga, sella un pacto de venganza. 


… «¡Te la damos para que no haya sangre!» … «¡Nuestros pechos quedarán en quietud bajo las aguas, bajo los soles, bajo las semillas, hasta que llegue el día de la venganza, en que verán los ojos de los enterrados»…


El personaje Geo Maker Thompson está embargado de principio a fin de sentimientos negativos como el odio, la tristeza, la nostalgia. Odió la tierra de los hombres de maíz. La tierra de los pies arraigados, los cuales retumbarían en la penumbra de su vida y la tragedia de su fortuna. Pies, que él mismo ayudaría a arrancar de raíz, aunque como elotes estuvieran arraigados. 

Pero Geo Maker Thompson, era un entusiasta, de todas formas. Sin remordimiento alguno, despidió de su corazón a Mayarí Palma. Ella estaría en cualquier parte del frío terruño escogido para vivir un amor conveniente. Adiós a los remordimientos. Bienvenido el progreso, así sea, manchado de sangre. Bienvenida la fortuna, así sea malograda. Bienvenido los nuevos amores, así sea con la misma genética. En esta parte de la novela una metamorfosis ha concluido. Atrás el pirata. Atrás el norteamericano. Atrás Geo Maker Thompson. El Papa Verde llegó para gobernar estas tierras miserables. Aunque sea atrincherado desde la nostalgia y la soledad de su morada.  


Sobre el escritorio del Papa Verde, hay alineados tres retratos: el de Mayarí, muerta en acción, como decía él mismo evocando su arrojo al lanzarse al río, …   para ir a un pueblo feliz a procurar las firmas de sus moradores contra las expropiaciones; el de doña Flora, con quien contrajo matrimonio, muerta también en acción, decía, irónicamente, por haber fallecido al dar a luz una niña que ocupaba, sobre su escritorio, el tercer marco de plata, Aurelia Maker Thompson …

El advenimiento del viento fuerte estaba escrito antes de que lo soplara el chama Rito Perraj. Se había enquistado en la entraña del seno familiar, por los pasillos de una aparente felicidad. Una hija preñada, no por amor, sino por venganza al desamor de un padre. Un nieto añorado, jovencito de maneras muy norteamericanas, pero condenado a la furia de esta tierra. Un Papa Verde, perseguido por sus propios fantasmas. Nunca podría olvidar, que estuvo a nada de ser el presidente de la compañía frutera más grande del mundo. Que estuvo a nada de acariciar el poder, de hacer y deshacer países a diestra y siniestra. Mas una tragedia personal, el embarazo de su hija Aureliana, le recordaría para siempre, que de su mano se habrían sentenciados los más atroces crímenes, incluso contra su propia sangre. 



La segunda parte de la novela inicia con la lectura de un testamento escrito en inglés y leído en español, en el que inesperadamente, heredan los socios de una de las compañías aliada a la Tropicalplatanera S.A. La génesis de dicha herencia, muestra a su vez el mestizaje del capital y el alumbramiento del viento fuerte. 

Un ciudadano norteamericano Lester Mead, llega al país y encuentra el amor en una mujer ya casada, quien se divorcia y juntos emprenden la empresa frutera, pero fulminantemente encuentran la muerte bajo el abrazo del viento verde. La figura de Lester Mead, tan protagónica en Viento Fuerte, en El Papa Verde esta cruzada por un halo de leyenda. 

En esta parte de la novela, yace el viento fuerte, que anuncia no solo la nacionalización del capital, sino el origen de una rebelión. Una fuerza soplada por el brujo Rito Perraj y cantada por la vieja Sabina Gil, quien bajo un encantamiento habla con el pez Tepezcuinte, único testigo del sacrificio ofrecido por Hermenegildo Puac.


… Rito Perraj se tendió en un tapexco al fondo de su rancho entre el zumbido de las moscas que lloraban sobre su cuerpo como lloran sobre los muertos. Pero no estaba en la otra vida, sino molido de cansancio, fatigado de no poder moverse, ni abrir los ojos siquiera, después del esfuerzo que hizo para levantar el viento, todo el viento del mar a lo más alto del cielo y volcarlo desde allí huracanado y sin parar por muchos días y muchas noches sobre las plantaciones de la gran compañía, hasta apagar el fuego verde de los bananales, plantas que en lugar de llamas tienen hojas del color de la esmeralda dulce. «Es mucho el perjuicio que has hecho, Chama», me acerqué a decirle, y él me contestó: «Tepezcuintle ciego, ves el perjuicio y no ves la justicia. …


El encuentro de Toba y Juambo hijos de Agapito Luisa y Agapito Luis, el primero dejado entre la maleza por el papa verde, para someter a su crío, será inclemente, en cuanto a revelaciones se refiere. El hijo perdido escucharía la revelación de su pasó al servicio personal de Geo Maker Thompson, a cambio de la pérdida de un padre, una madre y su hermana gemela. La crudeza de la realidad trasmite también la voz de un cántico libertario a manera de rezo. Es el primero de los ojos de los enterrados, que verán de frente al papa verde. 


… En el nombre del Padre, ¡chos!, del Hijo, ¡chos!, y del Espíritu Santo, ¡moyón, con! Así aprendimos a santiguarnos, Juambo, para que nos libre Dios de esos malditos protestantes, herejes evangelistas, que en la otra costa mataron, quemaron... Atlántico mucho dolor, mucho dolor...


Es que la primera ventisca tuvo que llevarse a los esposos para desencadenar la alianza profética. Mas el viento fuerte se enquista en la seudo rebelión de dos de los herederos de la fortuna de los esposos; Adelaido Lucero y Ayuc Gaitán. En una treta maniquea, ya instalados en la cúpula de la compañía, en calidad de socios, hacen lo posible por manipular las elecciones a presidente. Y lo logran, la Tropicalplatanera S.A es absorbida por la Frutamiel S.A. Se da paso a la ruina del papa verde y el ascenso de la protesta de los campesinos plantadores de banano.


… Lucero, apoyando los codos en los brazos del sillón, recordaba el anuncio profético que les tenía hecho chama Rito Perraj, de un viento fuerte formado por masas humanas que barrerían con la «Tropicalplatanera»... Masas humanas convertidas en cientos, en miles, en millones de manos azotadas por la furia del huracán y arrancadas de sus quietos brazos, y lanzadas contra, contra, contra, contra …


El mercado. (Cuento)