Por; Fanny Ortiz
fannyortiz997@gmail.com
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Autor;
Asturias Miguel Ángel.
Edición;
Losada. 1954.
Número de páginas; 190. Versión digital
Green
Pope, -Papa Verde- un término que en la novela de Miguel Ángel Asturias va de
voz en voz por las calles de Chicago, para aludir al rey de los bananos. Y
gringo, término ya generalizado en la década
del 50, cuando se imprime El Papa Verde, designaba un sentimiento; ¡fuera
verdes! Realidad y ficción, algo que está muy presente en el pensamiento de
Asturias. Hoy, la reseña de la segunda parte de la saga asturiana en la
“novela bananera”; El Papa Verde. Espero les guste.
Es que la primera ventisca tuvo que llevarse a los esposos para desencadenar la alianza profética. Mas el viento fuerte se enquista en la seudo rebelión de dos de los herederos de la fortuna de los esposos; Adelaido Lucero y Ayuc Gaitán. En una treta maniquea, ya instalados en la cúpula de la compañía, en calidad de socios, hacen lo posible por manipular las elecciones a presidente. Y lo logran, la Tropicalplatanera S.A es absorbida por la Frutamiel S.A. Se da paso a la ruina del papa verde y el ascenso de la protesta de los campesinos plantadores de banano.
El Papa Verde es la historia
de Geo Maker Thompson, joven soñador que
se inició como plantador de bananos en una costa centroamericana. Como buen pirata
le apostó al progreso con violencia. Pero en la tierra de la raigambre, una
acción profética, es capaz de estancar el tiempo y las pasiones, para
convertirlo en un búmeran de revelaciones humanas.
Esta parte de la saga narra
la vida del hombre, su rápida conversión al capitalismo y la degradación a la
soledad y el infortunio. La psicología del personaje central está marcada por la inevitable condena a vivir bajo el dominio de sus pasiones, cargadas
de su propia ventisca. Cuenta también la génesis de la respuesta autóctona por
la violencia y el despojo en la zona bananera; El Viento Fuerte, tema de la primera parte de esta
trilogía.
La historia inicia con
el embrujo en tierra ajena, experimentado por el deseo hacia una mujer; Mayarí
Palma. El norteamericano incurre en una acción atrevida al pretender a la
tierra, en su forma humana, de quien solo obtendrá el hastío que dejan las caricias
compradas. Un desenlace fatal, de una noche inesperada, arroga a la jovencita de
curvas y extravagancia perfecta a los brazos de río Motagua.
Es que Geo Maker
Thompson había llegado al borde de la locura. Parecía una máquina registradora.
Había corrompido militares, había despojado y sembrado la violencia. Mayarí
Palma, opta por buscar una tregua a la antigua. Vestida de novia se desposó con
su nuevo amor; el río Motagua. Entre rezos, predicciones y hombres adornados
con tiestos de concha de tortuga, sella un pacto de venganza.
… «¡Te la
damos para que no haya sangre!» … «¡Nuestros pechos quedarán en quietud bajo
las aguas, bajo los soles, bajo las semillas, hasta que llegue el día de la
venganza, en que verán los ojos de los enterrados»…
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El personaje Geo
Maker Thompson está embargado de principio a fin de sentimientos negativos como
el odio, la tristeza, la nostalgia. Odió la tierra de los hombres de maíz.
La tierra de los pies arraigados, los cuales retumbarían en la penumbra de su
vida y la tragedia de su fortuna. Pies, que él mismo ayudaría a arrancar de
raíz, aunque como elotes estuvieran arraigados.
Pero Geo Maker
Thompson, era un entusiasta, de todas formas. Sin remordimiento alguno,
despidió de su corazón a Mayarí Palma. Ella estaría en cualquier parte del frío
terruño escogido para vivir un amor conveniente. Adiós a los remordimientos. Bienvenido
el progreso, así sea, manchado de sangre. Bienvenida la fortuna, así sea
malograda. Bienvenido los nuevos amores, así sea con la misma genética. En esta
parte de la novela una metamorfosis ha concluido. Atrás el pirata. Atrás el
norteamericano. Atrás Geo Maker Thompson. El Papa Verde llegó para gobernar
estas tierras miserables. Aunque sea atrincherado desde la nostalgia y la
soledad de su morada.
… Sobre el escritorio del Papa Verde,
hay alineados tres retratos: el de Mayarí, muerta en acción, como decía él
mismo evocando su arrojo al lanzarse al río, … para
ir a un pueblo feliz a procurar las firmas de sus moradores contra las
expropiaciones; el de doña Flora, con quien contrajo matrimonio, muerta
también en acción, decía, irónicamente, por haber fallecido al dar a luz una
niña que ocupaba, sobre su escritorio, el tercer marco de plata, Aurelia
Maker Thompson …
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El advenimiento del
viento fuerte estaba escrito antes de que lo soplara el chama Rito Perraj. Se había
enquistado en la entraña del seno familiar, por los pasillos de una aparente
felicidad. Una hija preñada, no por amor, sino por venganza al desamor de un
padre. Un nieto añorado, jovencito de maneras muy norteamericanas, pero
condenado a la furia de esta tierra. Un Papa Verde, perseguido por sus propios
fantasmas. Nunca podría olvidar, que estuvo a nada de ser el presidente de la
compañía frutera más grande del mundo. Que estuvo a nada de acariciar el poder,
de hacer y deshacer países a diestra y siniestra. Mas una tragedia personal, el
embarazo de su hija Aureliana, le recordaría para siempre, que de su mano se
habrían sentenciados los más atroces crímenes, incluso contra su propia sangre.
La segunda parte de la
novela inicia con la lectura de un testamento escrito en inglés y leído en
español, en el que inesperadamente, heredan los socios de una de las compañías
aliada a la Tropicalplatanera S.A. La génesis de dicha herencia, muestra a su
vez el mestizaje del capital y el alumbramiento del viento fuerte.
Un ciudadano
norteamericano Lester Mead, llega al país y encuentra el amor en una mujer ya
casada, quien se divorcia y juntos emprenden la empresa frutera, pero
fulminantemente encuentran la muerte bajo el abrazo del viento verde. La figura
de Lester Mead, tan protagónica en Viento Fuerte, en El Papa Verde esta cruzada
por un halo de leyenda.
En esta parte de la
novela, yace el viento fuerte, que anuncia no solo la nacionalización del
capital, sino el origen de una rebelión. Una fuerza soplada por el brujo Rito
Perraj y cantada por la vieja Sabina Gil, quien bajo un encantamiento habla con
el pez Tepezcuinte, único testigo del sacrificio ofrecido por Hermenegildo Puac.
… Rito Perraj
se tendió en un tapexco al fondo de su rancho entre el zumbido de las moscas
que lloraban sobre su cuerpo como lloran sobre los muertos. Pero no estaba en
la otra vida, sino molido de cansancio, fatigado de no poder moverse, ni
abrir los ojos siquiera, después del esfuerzo que hizo para levantar el
viento, todo el viento del mar a lo más alto del cielo y volcarlo desde allí
huracanado y sin parar por muchos días y muchas noches sobre las plantaciones
de la gran compañía, hasta apagar el fuego verde de los bananales, plantas
que en lugar de llamas tienen hojas del color de la esmeralda dulce. «Es
mucho el perjuicio que has hecho, Chama», me acerqué a decirle, y él me
contestó: «Tepezcuintle ciego, ves el perjuicio y no ves la justicia. …
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El encuentro de Toba y Juambo
hijos de Agapito Luisa y Agapito Luis, el primero dejado entre la maleza por el
papa verde, para someter a su crío, será inclemente, en cuanto a revelaciones
se refiere. El hijo perdido escucharía la revelación de su pasó al servicio
personal de Geo Maker Thompson, a cambio de la pérdida de un padre, una madre y
su hermana gemela. La crudeza de la realidad trasmite también la voz de un
cántico libertario a manera de rezo. Es el primero de los ojos de los
enterrados, que verán de frente al papa verde.
… En el nombre
del Padre, ¡chos!, del Hijo, ¡chos!, y del Espíritu Santo, ¡moyón, con! Así
aprendimos a santiguarnos, Juambo, para que nos libre Dios de esos malditos
protestantes, herejes evangelistas, que en la otra costa mataron, quemaron...
Atlántico mucho dolor, mucho dolor...
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Es que la primera ventisca tuvo que llevarse a los esposos para desencadenar la alianza profética. Mas el viento fuerte se enquista en la seudo rebelión de dos de los herederos de la fortuna de los esposos; Adelaido Lucero y Ayuc Gaitán. En una treta maniquea, ya instalados en la cúpula de la compañía, en calidad de socios, hacen lo posible por manipular las elecciones a presidente. Y lo logran, la Tropicalplatanera S.A es absorbida por la Frutamiel S.A. Se da paso a la ruina del papa verde y el ascenso de la protesta de los campesinos plantadores de banano.
… Lucero,
apoyando los codos en los brazos del sillón, recordaba el anuncio profético
que les tenía hecho chama Rito Perraj, de un viento fuerte formado por masas
humanas que barrerían con la «Tropicalplatanera»... Masas humanas convertidas
en cientos, en miles, en millones de manos azotadas por la furia del huracán
y arrancadas de sus quietos brazos, y lanzadas contra, contra, contra, contra
…
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