jueves, 27 de abril de 2017

LA OCUPACIÓN DE LAS SABANAS DE LOS LLANOS ORIENTALES: UN CONFLICTO RECURRENTE

Fanny Ortiz. 2017
fannyortiz997@gmail.com

Este ensayo es un intento por aproximarse a la raíz del conflicto y la tensión interétnica entre llaneros, colonos e indígenas, de los llanos Orientales. En primera instancia por la sedentarización que acompañaba el acto de fundar o de establecerse en un hato ganadero, el cual, restringía al indígena del uso ecológico de la mata de monte y en segunda instancia, como consecuencia de la explotación desmedida de recursos naturales como el caucho, que a finales del siglo XIX, junto con el desarrollo de una ganadería extensiva, arrinconaba y restringía del uso de las sabanas comunales a indígenas, llaneros y colonos, lo que llevo al conflicto y tratos crueles.

 HATEROS, VAQUEROS, VEGUEROS E INDÍGENAS: GENTE DE TRABAJO LLANO

Aunque el indígena no gustaba del contacto con las manadas de ganado cimarrón y le era común perseguir y alejar a los semovientes que se acercaban a los linderos de sus caseríos, el indígena aprendió el pastoreo de los rebaños, gracias a que los jesuitas impusieron el trabajo de llano a las poblaciones cristianizadas y evangelizadas.

Con la expulsión de los jesuitas, después de 1767, los hatos fueron poco a poco apropiados por quienes antes se encontraban en situación de sometimiento a la hacienda. Ya aculturados, cristianizados y semisedentarios, los llaneros, una mezcla entre indígena, afrodescendiente y blanco, se dieron a la administración de sus propios rebaños.

El indígena originario, ahora más liberto y sin el yugo del cura evangelizador, compite por el usufructúo del ganado cimarrón. La llanerización del indígena, se expresa principalmente con la  semisedentarización, que acompaña el acto de fundar y el dominio del caballo, que lo aprendió en los hatos de misión y lo incorporó como medio de subsistencia, hasta que se hizo vaquero. (Romero María: 1993)

El vaquero traslada elementos socio culturales del mundo e imaginario propio del indígena, un ejemplo de ello, es el coleo, muy típico de los vaqueros de  llano, que consistía en derribar aquellos bovinos que se apartaban del rebaño. En el siglo XVIII, era ya una práctica propia del trabajo llano y de manera jocosa,  media la destreza del vaquero.  Como se aprecia en la obra de Riu, pintor de la expedición corográfica, el rodeo en los llanos era una actividad en la que se había incorporado el uso de la lanza, propia del indígena. 

Un rodeo en los llanos. Grabado de Riu. Biblioteca Nacional

Lo que pasó con la expulsión de los jesuitas, es que las ganaderías de los llanos, paulatinamente se van convirtiendo en la forma de sustento de una amalgama social que ya era natural de los llanos, pero también de una poblaciones foránea. Como lo observara el naturalista y geógrafo Alejandro de Humboldt, en el siglo XVIII, “blancos, libres y mestizos de todos los colores" que habían estableciendo sus hatos, fundos y haciendas… y esclavos y libertos que, huyendo de la persecución y de la esclavitud, escapaban hacia las llanuras que "[...] deshabitadas, pero pululantes de rebaños, les brindan refugio y manutención". (Gómez Augusto, Molina Nathaly, Suárez Carolina: 2011)

Esta forma de apropiación territorial no es otra sino el hato llanero, término que hace referencia a una extensión de tierra sin cerca, en donde pastan una cantidad significativa de semovientes, con la marca del respectivo hatero, o dueño del hato.

El hato llanero condiciona necesariamente la sedentarización del hatero. Un cuadro costumbrista del acto de fundar lo muestra el ingeniero Emiliano Restrepo, célebre por el trazado de la carretera Bogotá – Villavicencio, que aunque fue abierta el 1936, sigue las recomendaciones dadas en su libro. El acto de fundar, es como bien lo describiera en su obra:



“El criador que pretende hacer una fundación, elige una zona de sabana cualquiera, que no esté ocupada por otro ganadero y que regularmente es baldía. Señala a caprichoso los límites de la nueva fundación, los cuales son ordinariamente caños y fajas de bosques y los hace conocer de sus más inmediatos vecinos, quienes los aceptan y respetan religiosamente….

Señalada la sabana, se procede a la construcción de las habitaciones, eligiéndose al efecto una localidad seca e inmediata a un caño o corriente de agua potable….

Al mismo tiempo que se han estado construyendo las habitaciones y los corrales, se han ido haciendo quemas en las sabanas, a intervalo de diez días, para destruir la paja alta y madura que es poco apetecida por el ganado, a fin de que brote en el mismo orden de sucesión, el retoño que aquel devora con avidez.

Así preparada las cosas, conduce el ganadero su rebaño a la sabana elegida y lo pone al cuidado de tres o cuatro vaqueros a caballo, que permanecen rodeándolo durante el día y que lo conducen a la caída del sol al corral de reducción, esta operación es la que se denomina en el llano con el nombre especial de pastoreo y es, al propio tiempo que indispensable, la más fatigosa para el criador y la que más gasto le causa….

El objeto del pastoreo es aquerenciar el ganado a la sabana elegida, hasta lograr que olvide aquella de donde se le trajo. ….

Para un hato de quinientas cabezas de ganado, basta el criador, dos peones, una cocinera, función que desempeña frecuentemente la mujer del dueño del hato y cinco o seis mulas o bestias caballares”.  (Restrepo Emiliano: Una excursión al territorio de San Martín en diciembre de 1869: 1957)



Algo fundamental en la obra, es que muestra el camino de la instalación de esa ganadería extensiva, -propia de las sabanas del Meta- y que fue impulsada por las campañas de extracción de las últimas décadas del siglo XIX, no en vano, Emiliano Restrepo, fue abanderado de la explotación de sarrapia, caucho, cacao silvestre y maderas, para en últimas fundar su prominente ganadería en las sabanas de San Martín. (Meta)

El hato llanero se consolido como una estructura de poder basado en las relaciones de trabajo de llano. En Arauca y Casanare, sobrevivió hasta bien entrado el siglo XIX la hacienda tradicional llanera a la usanza de los jesuitas. Es decir, sostenida por medio de una red de relaciones laborales basada en la sujeción por lealtad entre hateros, quienes respetaban la marca del semoviente, como una condición a la propiedad privada. Aquí no era importante el número de hectáreas que se poseían, sino el número de reses que se levantaban.

La estructura socio administrativa del hato llanero, en orden de importancia sería así: hatero, encargado de hato, caporal, caballicero, vaqueros, peones, cocinera, veguero y mensual.

Los vaqueros son los típicos llaneros o centauros. Sé toman la libertad de trabajar en el hato que prefieran, si así lo quieren, pero nunca se fundan y tampoco aspiran a ello. La libertad del llanero es la herencia nómada de su pasado indígena, lo cual, le ha permitido no sujetarse de ninguna manera al dueño del hato. El trabajo llano, que es la selección del ganado para engorde y venta, las marcas y el amanse de potros, son funciones del vaquero.

Becerros, vegueros o peones de sabana, en la época de trabajo llano son requeridos en el hato para reparar cercas, ordeñar y otras labores. La relación con el dueño de hato, comienza por medio de endeudes, así quedan sujetos de forma permanente. El dueño de hato, los obliga a fundar al lado de un caño o cualquier nacedero de agua, para que críen o levanten cierto número de reses recién paridas, aprovechando la existencia de sabanas comunales, pero se les restringe al uso de la mata de monte, aspecto que caracterizó, el conflicto agrario llanero durante el siglo XIX y parte del XX.

De la relación entre vegueros e indígenas, el primero aprendió a mantener el conuco para su propia subsistencia, algunos productos del conuco, los ceden por obligación al hato. Es la aspiración de cada hatero, sujetar a indígenas, vegueros o cualquier otro pobre a prestar servicio en el del hato. El derecho de opción, por el cual, se estableció la unidad de intereses respecto del uso de aguas y pastos para ganados, atajos de caballos, lo mismo, que la pertenecía de animales que se encuentran sin marca en las diferentes sabanas, se hizo vedado a peones y vegueros hasta la revolución del llano.

Provincia del Casanare. Llaneros herrando ganado y recortándole las orejas. 
Lamina 25. Fondo: Comisión Corográfica. Biblioteca Nacional

Otra cosa pasa por las sabanas del Meta a finales del siglo XIX, pues este territorio se empieza a vincular como área comercial, para la explotación de quina, sarrapia y caucho. Con ello llega la ganadería extensiva,  propiciada por hacendados ausentistas, para quienes si es importante la propiedad privada. Paulatinamente van apareciendo las cercas y la tensión intercultural entre colonos, llaneros e indígenas. Esta tensión es favorecida por propietarios ausentistas, que a bien, han sido recientemente caracterizados como geófagos o devoradores de tierra. (Gómez Augusto, Molina Nathaly, Suárez Carolina: 2011)


Solo a partir del siglo XIX, dentro de un contexto de avance de una economía capitalista y de fomento de un mercado de tierras, acompañados estos de los procesos de concesión y titulación de "baldíos" y de "bosques nacionales", extensas áreas de los Llanos, especialmente de bancos y médanos, fueron objeto de especulación y de apropiación. Esto dio lugar a largos pleitos judiciales y a conflictos locales y regionales en los cuales los llaneros y los colonos espontáneos, poseedores de buena fe, pero sin recursos económicos, sin influencias y generalmente ignorantes de la legislación, fueron vulnerables frente a los especuladores de tierra, los "geófagos". La práctica de establecer cercas con alambre de púa, iniciada a finales del siglo XIX, contribuyó aún más a excluir del usufructo de las sabanas a los llaneros mismos y a esos colonos, "pobres de solemnidad", que pretendieron establecer allí sus "fundos".


Estos propietarios y sus gamonales llegados desde el altiplano, negaron el derecho de opción, un derecho colectivo  y consuetudinario. Haciendo diferencia entre unas y otras vacas, según la pertenencia al hato y demarcando la extensión del territorio, según la cantidad de reses que se poseía. Reses que antaño pastaban en las sabanas comunales o de uso colectivo. Fue así, que se empezó a negar el derecho de opción a indígenas, vegueros y después, a los campesinos que llegaron desplazados por la violencia de los años 1950. (Barbosa Reinaldo: 1992)

Estos abusos fueron rechazados durante la guerra del llano, o la revolución que dirigió Guadalupe Salcedo. La defensa del derecho de opción, fue la base ideológica de este movimiento. Una cosa parecida al abuso que los gamonales hacían del derecho de opción, fueron las políticas de rehabilitación del llano, en donde, se daba pie a que los grandes propietarios, privatizaran las sabanas, con el uso de cercas.

HACENDADOS, EMPRESARIOS Y COLONOS: GENTE DE LOS ANDES

Como vemos, la región de la Orinoquia se caracterizó desde las últimas décadas del siglo XIX, por el ejercicio de una economía de extracción, relacionada con una forma de ver el territorio, como región de frontera, ausente de participación económica. (Fajardo Darío: 1989)

De tal forma, se abrió paso entre las estructuras de administración local, algo que ya era constante entre quienes avanzaban con la extracción desmedida de recursos naturales: la ley de las fronteras. Donde el Estado colonial no logró instalar proyectos de colonización, se definió el territorio y sus actores como ausentes o baldíos, para mostrar con ello un espíritu insumiso y un medio hostil, al que había que explotar de cualquier forma. (Fajardo Darío: 1989)

De ese período, se generó una legislación para regir los territorios baldíos o ausentes, basada en la concesión a extranjeros y la adjudicación a nacionales, por medio de bonos de deuda pública. Por las sabanas de Arauca y Casanare, llegaron nuevos propietarios, ex militares de la guerra de los mil días, a quienes se otorgaron predios de hasta mil hectáreas. (Giraldo Ladrón. 1981)

Desde mediados del siglo XIX, empresarios y comerciantes, empiezan a instalarse abusando de la compra de tierras o despojando violentamente a llaneros e indígenas. La compañía de Colombia de la firma Uribe & Herrera, ocupó las selvas y sabanas del Ariari. Habían conseguido una concesión de noventa mil hectáreas, desde el valle del Ariari-Guejar, al valle del Magdalena. Fundaron los pueblos de Uribe (Meta) y Colombia (Huila) y construyeron entre ambas poblaciones, un camino para sacar el ganado de los llanos, balata y quina del piedemonte, café y cacao de la zona templada. (Molano Alfredo. 1988)

Las trochas abiertas por los vecinos de San Martin hacia finales del siglo XIX, sirvieron para las explotaciones petroleras de 1920, posteriormente para un carreteadle que la Rubber Development Company, se comprometió a construir entre Acacias (Meta) y Calamar (Vaupés) esto, a cambio de la concesión hecha por el gobierno de Eduardo Santos, para explorar el caucho en el Vaupés. Con la construcción de la trocha de la Rubber, la ocupación campesina del piedemonte, entre los ríos Guayiribia y Humadea se aceleró. (Molano Alfredo. 1988)

El imaginario frente a la territorialidad no cambió mucho después del conflicto de los años 1950. La respuesta del Estado a través de una posible reforma agraria, fue la misma. En el Sarare y el área del Guejar, los programas que pretendían dar curso a la ley 135 o ley de reforma agraria, estuvieron dirigidos a empresarios de tipo agrario y la gran mayoría de los campesinos, llegaban de forma espontánea y sin incorporarse a dichos programas, de tal forma, se ocupan territorios ancestrales y se genera tensión entre colonos, llaneros e indígenas.

Para dar un ejemplo; al departamento del Gaviare empiezan a llegar campesinos del interior, sobrevivientes de la guerra de los llanos o excombatientes de las guerrillas al interior del país. Fueron cientos de hombres y mujeres, que fundaron en las márgenes del Ariari y del alto Guaviare y sobre la tocha entre San José y Calamar, dando origen a una ocupación agrícola campesina. Es el mismo sitio que se hizo famoso por el tigrilleo y la caza indiscriminada de jaguares, venados, micos, panteras, caimanes y babillas. Alfredo Molano dice que fue el entremés de la fiebre del caucho. (Molano Alfredo. 1988)

Bibliografía

Barbosa E, Reinaldo. 1992. Guadalupe y sus centauros. Memoria de la insurrección llanera. CEREC-IEPRI, Editores. Bogotá.

Fajardo Darío: 1998. Colombia Orinoco. Fondo FEN, Edit. Bogotá.

Giraldo D, Ladrón L: 1981. Desarrollo y colonización. El caso colombiano. Universidad Santo Tomas, Edit. Bogotá.

Gómez Augusto: 1991. Indios, colonos y conflictos: una historia regional de los llanos orientales. 1870- 1970. Siglo XXI, Edit. Bogotá.

Gómez Augusto, Molina Nathaly, Suárez Carolina: 2011. Vichada: éxodo y etnocidio indígena; el avance de la ganadería extensiva y de la colonización. En: Revista, Maguaré.

Molano Alfredo: 1988. Aguas abajo. Memorias de un viaje por los ríos Guaviare y Vichada hecho en 1988. En honor al padre José de Calazán Vela. Fondo de Cultura Cafetero, Edit. Bogotá.

Restrepo E, Emiliano: 1956. Una excursión al territorio de San Martin en diciembre de 1869. Imprenta de M. Rivas, Edit. Bogotá.

Romero María Eugenia: 1993. Achagua. En: Geografía Humana de Colombia. Región de la Orinoquia. Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, Edit. Volumen I. Tomo III. Colección: Quinto centenario. Bogotá.



TEJIENDO SABERES

Contesta en tu cuaderno las siguientes preguntas:

1             ¿A qué se refiere el texto con llanerización?
2             ¿A qué se refiere el texto con hato llanero?
3             ¿Qué sectores sociales confluyen en la ocupación de los Llanos Orientales?
4             ¿En qué consistía el derecho de opción en los Llanos Orientales?
                              

Investiga:

¿En qué consistió la expedición corográfica y quiénes fueron sus principales representantes?

¿En qué consistió la revolución de las guerrillas liberales del llano y quiénes fueron sus principales representantes?

¿En qué consistió la rehabilitación del llano y quienes fueron sus principales promotores?



Bueno, eso fue todo. Si te gustó lo que leíste y quieres hacer un apunte, no dudes en escribirlo. Recuerda que si estás en otro país o ciudad y requieres documentación de tipo histórica, mi contacto está iniciando la entrada, ahí me ubicas. Hasta la vista.

El mercado. (Cuento)